"Queremos ganar la Champions», dijo en la previa Sergio Hernández y como el movimiento se demuestra andando, el Casademont Zaragoza confirmó en Cerdeña que no era ningún farol. Supo dominar el equipo aragonés, supo sufrir cuando tocó también y, lo más importante, supo ganar y ganar bien a uno de los equipos teóricamente más fuertes del grupo. Con un Barreiro estelar (26 puntos, 6/6 en triples) el equipo aragonés sumó una importante victoria en casa del Dinamo Sassari (83-95) que le permite iniciar estos playoffs reconvertidos como líder del grupo L y guardarse una interesante ventaja pensando en posibles desempates.

El cambio en el Casademont Zaragoza ha sido radical. Con Sergio Hernández se ha convertido en un equipo ganador y las piezas han ido encajando al fin. También la última, Jacob Wiley, que aporta intensidad, ganas, puntos desde cerca y desde un poco más lejos del aro y algo más de intimidación defensiva gracias a su físico. Ahora es un equipo en toda la extensión de la palabra, capaz de tapar sus defectos, de superar que jugadores teóricamente importantes estén menos acertados -ayer Brussino o Benzing- porque pueden aparecer otros como Barreiro o Sulaimon.

En Cerdeña ganó porque hizo más cosas bien que mal, pese a que también pasó sus momentos de apuro, y, sobre todo, porque fue prácticamente siempre superior a su rival. Primero su defensa interior (cinco tapones en los primeros diez minutos) mermó las opciones de un Dinamo Sassari comandado por Bilan y Spissou, redujo su acierto de dos obligándole a cambiar tiros, y después porque recuperó su capacidad anotadora. Fue letal desde la línea de tres, firmando 17 triples en 32 intentos, un 53% de acierto.

Esa fue una de las claves (el Dinamo se quedó en un 30%) para que no fuera importante que el equipo de Pozzecco dominara el rebote. Y para que fueran infructuosos todos los intentos de remontada del conjunto local. Que los hubo y bastante intensos. El Casademont tomó ventaja en el marcador desde el inicio gracias a la defensa por dentro de Hlinason y Wiley y al acierto exterior. Tuvo un primer momento de atasco ante la zona planteada por Pozzecco, pero lo resolvió de nuevo a base de acierto desde lejos.

Al Dinamo no le quedaba otra que intentar cambiar el ritmo del partido y lo intentó subiendo la intensidad defensiva, buscando las pérdidas y los errores visitantes. El Casademont lo mantuvo a raya y, tras unos buenos momentos de Javi García en la pista, alcanzó su máxima diferencia al final del tercer cuarto (55-72). Con ese panorama, al equipo italiano solo le quedaba un último intento, salió a morder al inicio del último cuarto y a punto estuvo de hacer dudar al Casademont (69-77 a 6.20 del final).

Pero la reacción fue la adecuada, el equipo aragonés se ordenó en ataque, se tranquilizó y volvió a encontrar el camino del triple para lucimiento de Barreiro y para poner de nuevo una ventaja importante que da todavía más valor a la victoria. Segundo triunfo aragonés en apenas tres días, que ha vuelto en forma. Esto se pone serio y el Casademont también es un equipo muy serio.

Ficha técnica:

Dinamo Sassari: Spissu (24), Gentile (6), Burnell (8), Treier (5), Bilan (26) -cinco inicial-, Katic (3), Happ (9) y Kruslin (2).

Casademont Zaragoza: Sulaimon (14), Ennis (14), Benzing (5), Harris (10), Hlinason (4) -cinco inicial-, Barreiro (26), Brussino, San Miguel (6), Wiley (13) y Javi García (3).

Parciales: 19-23, 21-24, 15-25, 28-23.

Árbitros: Rosso (Francia), Zashchuk (Ucrania) y Krejic (Eslovenia).

Exclusiones: No hubo.