Ni el Madrid, ni Florentino Pérez, que es casi el Madrid, ni Santiago Solari, ni, por supuesto, José Ángel Sánchez, el brazo ejecutor del ser superior, van a tomar cartas en el asunto y el británico Gareth Bale se va a ir (de nuevo) de rositas tras su última y lamentable acción cuando, tras marcar, de penalti inexistente, en el Ciudad de Valencia, el definitivo 1-2 que salvó al Madrid, rechazó, a manotazos, la felicitación de Lucas Vázquez, el jugador al que considera inferior y que ha ocupado su sitio en el once blanco.

No ocurrirá nada, entre otras cosas, porque en el vestuario e, incluso en el club, ya están acostumbrados a esos desplantes. Antes, se le toleraba todo a Cristiano Ronaldo. ¿Cómo lo justificaban? Sencillo, con aquello de «Cris es así». Pues esa excusa se ha prolongado un año más, pero con Bale. «Bale es así». Y ahí queda todo. Nadie le dice nada.

Lo cierto es que Bale lleva ya muchas para que lo que sirvió con el monstruo CR7, sirva ahora para dejar inmune el comportamiento del británico. No va a las cenas de la plantilla, se fue del Bernabéu en el minuto 87 del Real Madrid-Real Sociedad, cerró su gol en el Wanda Metropolitano con un original (tanto que casi no lo pareció) corte de mangas, no ha querido aprender a hablar castallano y son pocos los que pueden dialogar con él y todos recuerdan su enfrentamiento con Zinedine Zidane, adorado en el vestuario blanco. «Yo no diría que Zidane y yo éramos amigos», declaró a FourFourTwo.

Pero lo más grande, según relató el periodista Guillem Balagué, que trabaja en Inglaterra y es muy buen conocedor de los jugadores ingleses, es que Bale cree que en Madrid hay una campaña contra él. Bale se cree uno de los cinco mejores jugadores del mundo. Y, en ese sentido, no entiende que Florentino Pérez pregonara a los cuatro vientos que era «el nuevo Cristiano Ronaldo» y hasta «la bandera del Real Madrid» y, cuando se recupere, no sea titular indiscutible y salga, lo que para él, es un «futbolista menor» como Lucas Vázquez, cuyo rendimiento está siendo grande.

Además, a Bale le ha dolido, muy especialmente, que en las últimas semanas compañeros, como Marcelo o Courtois, hayan hecho comentarios públicos respecto a su vida privada. «Solo habla inglés, de ahí que nos comuniquemos con él por gestos», dijo el brasileño. «Todos le conocemos como el golfista, pues se pasa el día pensando en golf», contó el portero belga. Bale se ha construido tres hoyos en casa.