—¿Cómo han sido sus entrenamientos previos al Europeo?

—Tras el Nacional estuve en Laredo. Entrenaba en la pista y seguía la estela de una bici haciendo series. Las sensaciones fueron maravillosas. Anteriormente hice concentración de altura en Bronchales y bajábamos a las pistas de Teruel, que estaban abiertas todos el día. Pese a que no estén homologadas, entrenaba perfectamente. El 28 de julio regresé a Zaragoza antes de dar a luz Joanna, mi hermana, a Ander.

—¿También se preparó después en Zaragoza?

—En las pistas del Estadio Corona de Aragón el horario es partido. Siempre te echan un cuarto de hora antes de cerrar la instalación y te apagan las luces. El trato es prácticamente como si fuéramos unos presos. Pediría que se cumpliera el horario hasta las diez en punto. No me quejo yo solo. Además en el gimnasio hay una zona tapada tres años, la bañera de agua fría está inutilizada. Les diría a los políticos que se acercaran a nuestros entrenamientos a ver en qué condiciones están las instalaciones. Ser deportista profesional en Aragón es complicado. Sería más factible serlo en Teruel que en Zaragoza.

—¿Cuántas veces se ha preparado este verano en el Centro Aragonés del Deporte (CAD)?

—Solo una vez. El pasado jueves. Hice un test de 1.500 a las siete de la tarde y me tiró Walid Zbiba. Fui muy cómodo a 3.44.5. El martes me fui con Camilo Santiago a Logroño para hacer series de calidad. Allí también tienen las pistas abiertas todo el día. Y el sábado me entrené en las pistas de Zuera. Es un complejo deportivo más preparado para el alto rendimiento que el CAD.

—Tiene la mínima en Berlín en 5.000 y 10.000. ¿Pensó en algún momento en doblar?

—Lo podía haber hecho y soy campeón de España en las dos distancias. Pero el gran inconveniente es que preparar en agosto el 10.000 en Zaragoza es una tarea muy difícil con el desgaste psicológico que supone. Apuesto toda la carne en el asador en el 5.000 y doblar me mermaría. Hay más mínimas en el 10.000, le quitaría la plaza a Dani Mateo y sería una faena. Aunque si tuviera amplia opción de medalla en los dos pruebas pensaría en mí.

—Mechaal correrá el 5.000 y el 10.000 en Berlín.

—Es nuestro hombre fuerte en la disciplina de fondo y a mí me parece muy bien que doble porque es una opción de medalla. Espero que gane el 10.000, note ese cansancio en el 5.000 y tener yo una oportunidad. Los turcos-kenianos le llevarán a degüello y serán un desgaste físico y mental las 25 vueltas. Yo llegaré descansado y con fuerzas y motivado.

—¿Lo suyo con el 10.000 no es más miedo a la distancia?

—Corro muchos 10K a lo largo del curso, pero no es lo mismo la ruta en que miras el crono cada kilómetro, que en la pista, que miras cada vuelta. No tengo la confianza, aunque con la edad la cosa cambiará. Me sabe malo no tener menos de 28 minutos.

—¿Ya se conocen los participantes del 5.000 del sábado?

—Serán 28 corredores y la mejor marca la tiene el noruego Henrik Ingebrigtsen con 13.16. Los tres hermanos doblan 5.000 y 1.500. Jakob tiene 18 años y ha corrido en 3.31 el milqui, Filip en 3.30 y Henrik, 3.31. Nuestro reto es que no se lleven el gato al agua.

—¿Qué tipo de carrera le viene mejor a usted?

—Un ritmo medio en 13.45 sería ideal para usar mi final y lograr una medalla. Pero en Berlín no habrá ni la altitud ni el calor del Nacional de Getafe.

—Ya se llevó el bronce en el Europeo hace dos años en el 10.000.

—Fui mi primera medalla en un gran campeonato, aunque había mucho menos nivel que en el 5.000 y aproveché mi oportunidad para pelear por el bronce.

—Carlos Mayo está lesionado y verá la carrera por la tele.

—Hace más de un mes que no lo veo. Eso es muy raro. Pasé una situación parecida a la suya y lo entiendo. Quiere estar lo más alejado del atletismo y la ansiedad puede jugarle malas pasadas. Se recuperará y estas situaciones le harán más fuerte. Él tiene que pensar en los Juegos de Tokio.

—¿Quién es el hombre más peligroso en el 5.000 de Berlín?

—No será un cara a cara con Mechaal. Hay que marcar a cinco o seis atletas muy peligrosos. Jakob Ingebrigtsen ganó su medalla de oro con 13.20 y será un hombre a seguir. Terminó esa carrera el último mil en 2.24. Si las lesiones le respetan, tenemos un prodigio delante de nosotros.

—¿Qué reflexiones hace tras su gran triunfo del 5.000 en el Nacional de Getafe?

—Lo que peor me sienta son los comentarios de que usé a Chiqui Pérez para ganar. Él buscaba sus intereses y agradezco que tirara más de la cuenta. Son críticas de los que quieren que gane Mechaal. Hicimos lo que teníamos que hacer. A un hombre que dobla lo llevamos a ritmos altos. En el plano positivo he recibido muchas felicitaciones y me han dicho que dimos un gran espectáculo.

—De 98 atletas que lleva España solo acude un atleta aragonés.

—Eso refleja el poco apoyo institucional en Aragón. Las subvenciones son las que son, compaginar estudios con atletismo es prácticamente una utopía. Esto es muy triste y es una lástima teniendo en nuestra historia atletas de tanta calidad. Es una situación de alarma y la territorial tendrá que trabajar al respecto.

—¿Qué ayudas públicas recibe de Aragón?

—Ninguna. A mí ser aragonés me cuesta dinero. Al ser de un club catalán tengo que pagar más. Del Gobierno de Aragón no recibo nada al ser de fuera de Aragón. Nunca me he quejado, las normas son para todos y las acepto. Esta situación la arrastro desde el 2015. Choca cuando en otra comunidad cobraría 6.000 o 8.000 euros. El atletismo no lo hago por dinero, sino por diversión. Prefiero un horario adecuado en el CAD que cobrar una subvención. El dinero de las subvenciones lo invierto en mi práctica deportiva.

—Cristina Espejo tenía la mínima en 1.500 y al final no la seleccionaron.

—Es muy triste y una injusticia deportiva. Todos sabemos lo que ha peleado por volver a la élite y su historia de superación es bestial. Hizo un crono de 4.09 y es de sombrerazo. Ha sido una atleta peleona y busca esa garra y ese tesón por no desistir. Ella no tiró la toalla y yo probablemente lo hubiera hecho.

—Llegará a Tokio con 30 años, en teoría en su mejor momento deportivo.

—No veo más allá de Tokio. 30 años es el punto álgido para cualquier atleta, la época de mayor rendimiento. Carlos Mayo estará pisando fuerte. Allí echaré toda la carne en el asador.

—¿Piensa en el paso al maratón después de Tokio?

—Tengo en mente hacer el maratón. Debutaré en el medio maratón en Valencia el próximo 28 de octubre. De cara al 2022 o el 2023 buscaré un maratón. Hay que cambiar ciertos aspectos a nivel nutricional y de entrenamientos. Me dan miedo las lesiones que se producen en el maratón. Tuve un problema en la rodilla y la edad no perdona. Hay que ir poco a poco en distancias tan largas y no puedo tener mejor maestro que José Luis Mareca.