Rubi comenzó la rueda de prensa hablando del partido, de una primera parte, donde «me gustó el equipo», pero no tardó en expresar sus sensaciones y su felicidad: «Estoy muy contento de que la ciudad sea feliz, mi hijo está celebrando por allí ahora y quiero agradecer a mi familia la paciencia que ha tenido con este entrenador. Este es el triunfo de la humildad, de la dedicación y del esfuerzo. Ser el presupuesto 17 y llegar de esta forma a Primera supone el triunfo de muchas cosas, sobre todo del creer», aseguró el entrenador del Huesca.

«Es el momento de soltarse del todo por el sueño hecho realidad, tengo ganas de abrazar a todos los aficionados en Huesca. La vida te da momentos para disfrutar y hay que aprovecharlos», añadió Rubi, que puso el énfasis en la dificultad del logro: «Conseguir lo que hemos hecho cuesta muchísimo, pero me siento orgulloso también por la forma en la que lo hemos conseguido», dijo el técnico.

Rubi recordó el papel de los fichajes de invierno, como el meta Santamaría, protagonista ayer, y Moi Gómez, pero se acordó en los agradecimientos de «todos los futbolistas, de los fisios, de mis ayudantes, de los recuperadores... Hemos sido una piña y esa implicación, cuando no tienes tantos recursos, es fundamental. Hemos trabajado muchísimo, hubo gente que me decía cuando llegué que por qué venía, que era difícil de superar lo logrado por el Huesca la temporada anterior. Esto es la recompensa a ese trabajo, pero ahora no vamos a sacar los pies del suelo».

En los futbolistas la alegría también era absoluta. Gallar, sobre el mismo césped del Anxo Carro, casi no sabía ni qué decir. «No me sale nada ahora, no sé qué decir, hemos luchado muchísimo y nos lo merecemos. Ni me lo creo aún. Lo pasamos mal, estuvimos ocho o nueve partidos sin ganar, pero creímos, hemos creído hasta el final. Hemos hecho historia y lo tenemos que saborear ahora», señaló el autor del primer gol, que añadió: «Se lo dedico a mi madre, a mi hermana y sobre todo a toda la gente».

Mientras, Pulido, que anotó el segundo tanto, dijo estar «muy contento, como todo Huesca. Además, he marcado y es el momento más bonito de mi vida. Esto es un sueño hecho realidad, en el bache hubo momentos en que algunos no creían, pero supimos rehacernos. Yo en este ascenso llevo creyendo todo el año, pero ahora todavía hay que asimilarlo», dijo el central del Huesca, que confirmó que su futuro pasa por el club oscense.

EL ORGULLO

Mientras, Ferreiro aseguró no dar crédito a lo que estaba viviendo, porque «lo logrado, con una afición y una ciudad enteras, es muy grande. Esto es lo más bonito para vivir para un futbolista. Hay que estar orgulloso de esta plantilla y de todo lo conseguido, porque confiamos en todo momento en nuestras posibilidades, también en los malos momentos, fuimos líderes muchas jornadas y es un ascenso merecido».

Por su parte, el director de Relaciones Externas y exguardameta del Huesca, Leo Franco, puso hincapié en el fruto del trabajo realizado: «Han sido 11 años de gestión excelente y todos hemos intentado ayudar. Vestir esta camiseta me hizo enamorarme del club y quedarme. Estamos en Primera y este equipo tiene un alma que le ha hecho llegar a esta realidad. Los protagonistas son los jugadores y los técnicos».