Cristiano Ronaldo volvió a marcar el sábado para cerrar la victoria de la Juventus contra el Udinese por 2-0. Con casi 700 tantos a sus espaldas, no fue más que otra diana en una carrera llena de goles, pero en las circunstancias actuales es difícil subestimar su valor terapéutico. En solo dos semanas, la estrella portuguesa ha visto como tomaba cuerpo una vieja sombra que aparentemente había quedado atrás. Primero fue la demanda de Kathryn Mayorga, la mujer que le acusa de haberla violado tras una fiesta en Las Vegas en 2009. Luego llegó el anuncio de la policía de la ciudad del pecado de reabrir la investigación. Y ahora se desvelan unos documentos que demostrarían que los abogados de Ronaldo pagaron 375.000 dólares a Mayorga a cambio de su silencio.

En una entrevista con Der Spiegel, la publicación alemana que aireó el caso en 2017, Mayorga sostiene que ha roto su silencio tras sentirse envalentonada por el movimiento #MeToo. Ese grito de hartazgo colectivo de millones de mujeres (y hombres) hacia los abusos de poder ha tenido especial resonancia en EEUU, donde ha servido para tumbar a magnates de Hollywood, estrellas de la televisión o poderosos políticos.

Basándose en documentos obtenidos a través de Football Leaks, la revista alemana sostiene que Mayorga se comprometió a no contar nunca lo que sucedió aquel 13 de junio del 2009 en la suite del hotel Palms Place a cambio de 375.000 dólares. El acuerdo extrajudicial, datado en el 2010, también obligaba a la mujer a destruir cualquier prueba. Y Ronaldo, a cambio, se comprometía a enviarle los resultados de una prueba del VIH, lo que demostraría que mantuvieron una relación sexual sin protección.

Aquel verano del presunto incidente, el futbolista fue traspasado del United al Real Madrid. CR7 se fue de vacaciones a Las Vegas con su cuñado y su primo. Y en una discoteca de la ciudad conoció a Mayorga, a la que más tarde invitó a subir a su suite. Fue allí donde, según la denuncia, la habría forzado a tener sexo anal. Al día siguiente, la modelo y más tarde profesora de primaria denunció lo sucedido en una comisaría de Las Vegas. También se sometió a un examen médico, pero nunca llegó a revelar la identidad de su agresor porque se sentía intimidada por la fama del futbolista, según la denuncia.

Ronaldo siempre ha negado las alegaciones y dice tener la «conciencia tranquila», mientras sus abogados han amenazado con demandar a Der Spiegel. Pero los documentos publicados por la revista han añadido nuevos elementos. La correspondencia entre los letrados del futbolista incluye distintas versiones. En uno de los cuestionarios, Ronaldo dice que Mayorga le pidió «varias veces que parara». «Decía que no quería, pero al mismo tiempo se prestaba», contesta el luso en uno de los cuestionarios.