Javier Irureta ya no sabe qué pensar de su plantilla después de que anoche sufriera una de las derrotas más escandalosas del Deportivo en los últimos años en Riazor (0-5). El equipo estaba jugando mal en la Liga y en la Champions, pero nadie se esperaba esta goleada que abre una crisis formidable en el club gallego. La manita del Mónaco incluso quedó corta. El adiós de la Champions fue vergonzoso. Goleado y sin marcar un solo gol en seis encuentros.

La idea de la plantilla blanquiazul era despedirse de la Champions con un triunfo para homenajear el adiós europeo de Fran y Mauro Silva, que el próximo 30 de junio colgarán las botas. También, los jugadores gallegos querían una victoria para lograr esos 328.000 euros que concede la UEFA por tres puntos, dinero muy necesario para el club.

DESORIENTADO Sin embargo, todos estos buenos deseos chocaron contra la realidad de un equipo que anda desorientado en la Liga y vapuleado en la Champions. Anoche, el Mónaco, que debía ganar para entrar en los octavos, colocó al equipo de Irureta en su sitio con tres demoledores zarpazos en 39 minutos.

El Deportivo demostró una vez más que anda sin ideas, sin pegada y sin alma. Irureta, que dio descanso a bastantes titulares porque sólo piensa en la Liga tras su eliminación también en Copa, comprobó como su equipo tiene una defensa de cristal y una delantera con la pólvora mojada. El Mónaco, que entró como primero de grupo por delante del Liverpool de Rafa Benítez (que superó 3-1 al Olympiakos), marcó otros dos goles en la segunda parte con una pasmosa facilidad. De escándalo. Y Augusto César Lendoiro sigue sin reaccionar.