Son las siete de la tarde del pasado viernes en el colegio Compañía de María. El centro escolar de la calle Canfranc está repleto de jugadores de baloncesto de todas las edades. Un centenar largo de deportistas se reparte por las canchas del patio del colegio y en el pabellón. Pese a que es de noche y hace frío, el ambiente es muy caliente. Muchos padres esperan en el bar a que termine el entrenamiento de sus hijos.

En el pabellón la temperatura también es gélida, aunque los chavales no la sienten puesto que están en constante actividad. Es aquí donde dirige todo Elena Lahoz, santo y seña de esta histórica cantera del básquet. Mas de un tercio de los alumnos del colegio practica baloncesto. Son 390 jóvenes los que visten su inconfundible camiseta blanca con ribetes rojos y azules. La semana que viene varios de sus equipos podrán disfrutar de la Copa de la Reina en la que participará el Mann Filter (19 al 21). «El 60% son mujeres en la cantera. Carlota, mi hija, también juega a básquet. Hace años se hacía deporte con otro espíritu. Ahora queremos que cualquier niño que quiera jugar a básquet, lo haga. Pero con cierta seriedad», afirma Lahoz.

Hace diez años que Álex Cebrián no pasaba por el colegio en el que se formó como persona y como jugador. Llega con Patricia, su mujer, y Sofía, su hija. Cebrián se queda hipnotizado viendo el entrenamiento de los niños en el patio. «El espíritu, las luces y el ambiente es muy similar al de antaño. Toda mi vida he entrenado y jugado en la calle y el primer pabellón lo pisé con 21 años. Recuerdo que de niño me fisuré un dedo y ni siquiera me enteré porque la temperatura era de cinco bajo cero», recuerda. Cebrián forma parte del libro de oro del baloncesto femenino aragonés. El zaragozano era el entrenador que llevó a la final de la Copa de la Reina al Mann Filter en el año 2005 en Valencia. Tras una prórroga la perdió frente al Perfumerías Avenida por 74-68.

También acude a la cita Zaga Zeravica. Ella, junto a un grupo de jugadores formadas en Compañía de María, hizo historia para el baloncesto femenino zaragozano. La serbia era la entrenadora del equipo que ganó la primera y única Copa de la Reina para Aragón. Fue un 14 de mayo de 1990. Tras dos prórrogas el Banco Zaragozano venció al Microbank por 95-94. En el origen de ese equipo estaban jugadoras formadas en Compañía de María como Elena Lahoz, Silvia Lahoz, Chus Casabona, Teresa Seco, Nines Gracia, Yolanda Gil, Yolanda López y Ana Simón junto a la incorporación de Pilar Valero. La argentina Karina Rodríguez fue decisiva con sus 48 puntos. «Era una killer, un animal», dice Lahoz. Ese grupo se aglutinó a finales de los ochenta. Allí también entrenaba Alfonso Alonso, que llevó al Zaragoza a la segunda final ante el Dorna Godella. Pero perdieron en 1992.

Zeravica tiene 77 años y sigue viendo baloncesto. «Soy socia del Tecnyconta y este año iré al Europeo femenino de Belgrado. También veo NBA. Y a las chicas del Mann Filter las sigo. Lo único malo es que hay poca gente de Zaragoza y aquí hay muchas joyas. Pero hay que trabajar», reconoce. Cuando Ranko Zeravica entrenó al CAI su esposa decidió preparar a equipos. «Por aburrimiento me puse a llevar a jóvenes en Zaragoza en 1987. José Antonio Martín Espíldora y Alfonso Alonso me pidieron que entrenara a sus equipos en Compañía», recuerda. La serbia rememora que en el 90 fueron de tapadas. «Fuimos de puntillas. No vino a Jerez ningún periodista de Zaragoza. Mi equipo era una piña. Para mí tienen más valor las chicas que crecieron en los campos de Compañía que Karina Rodríguez».

Compañía de María siempre fue la casa de Álex Cebrián. «Con 4 años empecé a jugar y con 12 entrené a mi primer equipo de escuela ayudando a Conchi Navío. Llevé todas las categorías y jugué en todas las que pude», dice. Fue el entrenador del Mann Filter finalista de Copa en el 2005. Así lo recuerda. «Éramos un equipo bastante rejuvenecido. Nadie apostaba que llegáramos a la final. Fuimos con una fe tremenda. Teníamos mucha fuerza interior. Nos perjudicó que nos sentimos cómodos en la remontada y cuando nos vimos encima en el marcador nos pesó la responsabilidad de ganar. Llegamos a la final con un equipo justo físicamente». El año que ganó el Banco Zaragozano, Cebrián trabajaba en el colegio. «Se vivía mucho el baloncesto femenino y se entrenaba más y con más compromiso. Me quedaba viendo los entrenamientos en la calle de Alfonso Alonso con el equipo júnior campeón de España femenino», dice Álex, que a sus 39 años juega al fútbol en la Agrupación 92. «Sigo estudiando básquet y no descarto entrenar en el futuro», finaliza Cebrián.