El optimismo desbordante en el que vive el atletismo español comenzará a tener a partir de hoy la confirmación del éxito o la frustración del fracaso en los Mundiales en pista cubierta de Budapest, primer barómetro para los Juegos de Atenas. Las expectativas han ido creciendo conforme se acercaba la jornada inaugural. El doble subcampeón mundial indoor de longitud, Yago Lamela, elevó ayer el listón hasta cotas peligrosas. "Podemos ganar nueve medallas en este Mundial". Hoy no habrá ninguna (las cuatro finales no son propicias), pero mañana y el domingo la cosecha puede ser copiosa.

Nada parece detener las magníficas expectativas, alimentadas por los propios atletas. "Estoy en el mejor momento de mi vida", confirmó Manuel Martínez, que defiende el título logrado en el 2003. Pese a no acreditar una de las cinco mejores marcas del año, el lanzador de peso leonés, confía plenamente en sus posibilidades.