Cambiaron el planteamiento y el nudo, pero no el desenlace. España sumó su tercer triunfo consecutivo y se coloca como líder en solitario del grupo, asegurándose la participación en los cuartos de final, pero lo hizo de forma diferente a los dos primeros encuentros. Nada de sufrir los primeros 20 minutos, nada de ir por debajo en el marcador, nada de dar alas al rival. España tomó el mando desde el principio y, aunque con máxima igualdad, tuvo controlado al equipo heleno, demasiado obsesionado en los lanzamientos de larga, larguísima, distancia.

Y todo son buenas noticias para España, que ha ido creciendo con el paso de los partidos y puede presumir de talento en todas las posiciones. Ya no sólo deslumbra Sergio Rodríguez (ayer, 15 puntos y nueve asistencias), sino que Albert Teruel puede anotar 17 puntos, García otros 12 y las dos torres se adueñan de la zona tanto en ataque como en defensa. Antelo marcó 16 puntos y capturó 17 rebotes, lo que le valió la mejor valoración del choque, mientras que Fontet, algo más discreto en cuanto a anotación, se dejó notar bajo los aros.

Grecia también intentó tapar al base del Estudiantes desde el principio, y logró cargarle con dos faltas en los primeros diez minutos, pero centrarse en Rodríguez y olvidar al resto es un error. Sólo los triples, la prodigiosa muñeca de Sakota y Milosevits, permitieron a Grecia soñar con la victoria, pero en el tercer cuarto España practicó un baloncesto de gran altura y tomó una ventaja casi definitiva. A falta de cinco minutos, el encuentro se rompió definitivamente con dos faltas antideportivas casi consecutivas a favor de los de Txus Vidorreta. Ahora sólo les queda un escollo que salvar, la débil Bulgaria, para jugarse el primer puesto del grupo, y un mejor emparejamiento en cuartos, con Turquía en la última jornada del grupo.