Sin Rafael Nadal ni Andy Murray, ausentes, y con Pablo Carreño y Kyle Edmund en el banquillo, España partía como favorita en la eliminatoria del Grupo Mundial de la Copa Davis que este fin de semana enfrenta a ambos equipos en Puente Romano (Marbella), aunque al final de la primera jornada el marcador decía lo contrario con un inesperado empate a una victoria.

Albert Ramos abrió la eliminatoria con un triunfo que estaba en la mayoría de pronósticos. El tenista catalán (número 21 mundial) se impuso a Liam Broady (165º) por 6-3, 6-4 y 7-6 (8-6), en un partido desigual por el ránking de ambos, aunque más igualado en la pista Manolo Santana del club marbellí, aumentada para la ocasión con gradas de mecanotubo para 8.100 espectadores --5.000, ayer--, en las que se notó más el apoyo del millar de aficionados británicos encabezados por un pequeño grupo llamado Murraynator que del resto de seguidores españoles presentes. «Era la primera vez que jugaba la Davis en casa y se suponía que debía ganar, no era fácil y he tenido muchas dudas en la cabeza», explicó Ramos tras la victoria.

Sergi Bruguera, nuevo capitán español, que se estrenaba en esta eliminatoria, apostó por dejar descansar a Carreño, número 10 mundial, aquejado por un virus, sintiéndose seguro de que seguía teniendo un equipo superior para afrontar la primera jornada. Ramos lo certificó con una trabajada victoria y parecía que Roberto Bautista (número 23 mundial) iba a hacer lo mismo en el segundo individual cuando dominaba el marcador por dos sets a ninguno y 2-0 en el tercero a Cameron Norrie (114º mundial).

Pero esa superioridad se esfumó de golpe y, tras cuatro horas de lucha, el tenista británico acabó dando la vuelta al marcador (4-6, 3-6, 6-3, 6-2 y 6-2). Bautista, con problemas musculares en el cuádriceps izquierdo, tuvo que ser atendido en dos ocasiones a pie de pista y se fue apagando ante un rival desconocido.

El partido del dobles de hoy (14.00 horas, Teledeporte) se presenta tan decisivo como inesperado su resultado. Bruguera, si no cambia de idea, apuesta por un doble inédito con Carreño y Feliciano López, mientras que los británicos jugarán con Jamie Murray -exnúmero 1 mundial de dobles- y el desconocido Dominic Inglot de pareja. «Estoy muy orgulloso de mis jugadores, ahora tenemos una gran oportunidad», decía el capitán de los británicos Leon Smith, que aún dispone de una bala en la recámara en la persona de Kyle Edmund, semifinalista en Australia. España, que juega su primera eliminatoria en casa en los últimos cuatro años (fue en Madrid contra Ucrania), sigue siendo favorita para lograr la que sería la 26ª eliminatoria ganada en casa. «Nada cambia. El plan es el mismo», aseguró Sergi Bruguera.