La selección española de balonmano demostró su condición de serio aspirante a coronarse campeón mundial, tras imponerse ayer por 32-25 a Islandia, en un encuentro en el que el conjunto español demostró haber llegado al torneo en plena madurez. Una solidez que le permitió superar su dubitativo arranque de partido, en el que los Hispanos volvieron a verse lastrados por la falta de acierto en el lanzamiento que ya deslució su victoria ante Bahréin.

Falta de efectividad que impidió a España aprovechar las tres exclusiones con las que fue castigado en los primeros diez minutos de juego el equipo islandés, que confundió por momentos la intensidad con una innecesaria dureza. Pero ni aun así dejó de buscar a sus jugadores de segunda línea el equipo español, sabedor de que tarde o temprano los extremos y pivotes demostrarían la efectividad que les ha situado entre los mejores del planeta.

Tal y como no tardó en ocurrir. Y es que en el momento en el que los exteriores españoles, en especial Ferrán Solé, que había visto como Agust Bjorgvinsson le había detenido hasta dos lanzamientos seguidos, afinaron la puntería, España comenzó a distanciarse en el marcador (7-5). Ya no la soltó en todo el encuentro. Hoy, España-Japón (20.30).

ESPAÑA 32

ISLANDia 25

Marcador cada cinco minutos: 2-1, 4-4, 8-6, 13-9, 16-12 y 19-14 (Descanso) 21-16, 24-19, 27-21, 27-24, 30-24 y 32-25 (Final).

España: Pérez de Vargas; Solé (5, 1p), Gurbindo, Sarmiento (4), Dani Dujshebaev (2), Ariño (3) y Aginagalde (3) -equipo inicial- Corrales (ps), Fernández (3), Raúl Entrerríos (4), Alex Dujshebaev, Cañellas (2), Morros, Gómez (4, 1p), Gedeón y Figueras (2).

Islandia: Bjorgvinsson; Gunnarsson (3p), Jonsson, Gustafsson, Arnarsson (1), Palmarsson (5) y Sigurmannsson (1) -equipo inicial- Gustavsson (ps), Elisson (3), Gislason Gudmundsson (6), Magnusson (1), Ingason, Kristjansson (1), Gudjonsson (2) y Einarrson (2).