No tiene nada que ver con lo que ocurrió hace cuatro años, cuando la selección española, dirigida entonces por José Antonio Camacho, venció en Sarajevo con las heridas sangrantes por todos lados en un lugar masacrado por el fuego serbio. Ahora, la reconstrucción de la selección de Bosnia Herzegovina marcha por delante de la del propio país, sin distinción de etnias o credos religiosos, y Luis Aragonés asegura que se trata del principal rival para la clasificación para el Mundial de Alemania. El seleccionador anda preocupado porque le ha faltado tiempo para ajustar los mecanismos de un equipo que no acaba de superar la depresión que le produjo el fracaso en la Eurocopa de Portugal.

Inquietud, pero no temor. "Preocupación por todo. Miedo sólo a la velocidad de las balas en la guerra", dijo ayer el técnico madrileño a la llegada de la expedición española al aeropuerto de Sarajevo. La guerra dio paso hace tiempo a la serenidad para facilitar la convivencia y Aragonés se ríe de lo que estos días se ha presentado más o menos como la batalla de Zenica, la localidad que alberga el estadio Bilino Polje, donde se disputará el partido y en el que Bosnia nunca ha perdido. "Eso de encerrona no es más que un adjetivo que se utiliza. Que van a chillar y estar con su equipo, eso pasa en todas las partes del mundo. Mi única preocupación es el estado del campo", comentó el seleccionador.

DEBERES SIN HACER Las condiciones de un terreno de juego desigual son un problema, junto a la certeza de que España se presenta a esta cita con muchos deberes sin hacer, sobre todo por falta de tiempo. Los dos amistosos jugados a las órdenes del nuevo seleccionador han puesto de relieve que la transformación del equipo no es sólo cuestión de carácter, aunque Aragonés insiste en que los jugadores no están afectados negativamente por el pobre papel realizado ante Escocia. "Quizá falten esos pequeños detalles de saber competir. Se van cogiendo los conceptos, pero nos faltan cosas en estrategia y trabajo táctico", explicó el seleccionador, que admite lagunas en la circulación del balón y el achique de espacios. En esas condiciones, ha decidido volver la vista hacia Casillas en la portería en perjuicio de Cañizares, que viajó algo molesto, y hacia Raúl y Morientes porque le garantizan mayor efectividad. Con Víctor y Vicente en las bandas, y el centro del campo del Valencia, con la finalidad de arropar mejor a la defensa, Aragonés entiende que España tiene la obligación de demostrar que es mejor que Bosnia. Y si la demostración no es convincente, si el juego no es bueno, se trata de poner lo necesario "para ganar con oficio".