Tres finales. Dos oros. La selección española se ha propuesto dominar el balonmano continental y lo ha logrado. Solo una selección, Suecia, la más laureada de la historia, había conseguido la revalida en el Campeonato de Europa. Hasta que llegaron los 'Hispanos'. En una final sufrida e igualada hasta los últimos campases, los jugadores de Jordi Ribera se han impuesto 22-20 a Croacia colgándose de nuevo el oro europeo y firmando así su billete para Tokio 2020.

El encuentro empezó como se preveía, como un choque entre las dos mejores defensas 5:1 del continente. Salió España con Dujshebaev en el avanzado y Corrales en la portería, mientras el MVP del torneo esperaba a los 'Hispanos' en la otra mitad del 40x20. Se parecían los planteamientos pero también gozaban de sus diferencias.

Duros y cerrados

Mucho más duros y cerrados los balcánicos, obligaban a España a imponerse con su segunda línea mientras que en ataque los primeros en percutir eran los de Lino Cervar. Vestidos de gala y olvidándose del victimismo que habían paseado durante las hora previas del encuentro, los croatas abrieron la primera brecha del marcador gracias a los desdoblamientos de su pivote Mamic y los tantos desde los 7 metros de Duvnkjak.

La fluidez mostrada en encuentros anteriores se difuminó. Pero España lo compensó con otros recursos. Herramientas conocidas en el seno de los 'Hispanos', tan acostumbrados a jugar finales como a colgarse medallas. Viendo que la defensa no carburaba y que los balcánicos gozaban de oportunidades para irse en el marcador, Jordi Ribera decidió detener el partido y demostrarle a Lino que su pizarra seguía siendo de oro.

Cambio en la portería

El primer cambio fue la portería. El segundo, la defensa. Y para completar el giro táctico, sacó el comodín Maqueda en ataque. No pudo funcionar mejor. Con el 6:0 asentado, a los croatas se les cerró el pasillo en el pivote y la luz en al portería. Porque el aximoa dicta que en balonmano las finales las ganan los guardametas y de algo tenía que servir tener a los dos mejores cancerberos del momento. Gonzalo salió para detenerlo todo. Y para darle alas a una España que le dio la vuelta al marcador en cuestión de segundos.

Detuvo Gonzalo, corrió la selección y percutió Maqueda. Porque en situaciones límite, no hay nadie que agite mejor los partidos que Jorge. Su garra se impone atrás y asusta en ataque. Nadie le detenía y de su brazo llegó la igualada. Minuto 19 y todo volvía a empezar.

Tan crudo lo vio le seleccionador croata que sacó a su mejor cerebro, el central azulgrana Luka Cindric.

La seguridad de Gonzalo

Pensó que ante el muro de Gonzalo no había mejor arma que la su compañero de equipo. Pero esta vez la batalla no la ganó la magia, la ganó la seguridad de cancerbero español. Parada a parada, Gonzalo demostró por qué es el mejor portero de Europa. Y obligó a Lino Cervar a pedir tiempo muerto. De nada sirvieron las instrucciones del balcánico porque para entonces el alicantino ya había bajado la persiana de su meta y España se había replegado en la mejor de las cuevas. No entraban ni los 7 metros.

La moral había cambiado de bando y al descanso los 'Hispanos' ganaban de uno. Pero ya se sabe que no hay encuentro mas igualado que una final europea. La superioridad en el tanteador le duró poco a España, que pasó de ir ganando de cuatro a ver cómo los de Duvnjak se reenganchaban a la final a su manera. Con la mejor de las garras.

El gol de Duishebaev

Diez minutos para el final y el luminoso mostraba el empate. No había quien marcara, en un lado y en otro. Entonces, el encuentro se redujo a las defensas. El corazón sustituía a la táctica. A seis minutos del final, Croacia lograba adelantarse en el marcador. Pero España estaba dispuesta a revalidar el título. Vació la potería y con uno menos le dio la vuelta al marcador. El tanto final de Dujshebaev desataba la locura. Las lágrimas de los 'Hispanos' son las de una era que parece no tener fin. Las de un época de oro a la que todavía le falta el cetro olímpico.

La ficha del partido

España: Pérez de Vargas, Corrales, Maqueda (3), Fernández (1), Entrerríos (3), Dujshebaev (1), Sarmiento (2), Aguinagalde (2), Solé (1), Goñi (1), Figueras (1), Cañellas (2), Morros, Gómez (5), Ariño, Guardiola.

Croacia: Sego, Asanin, Maric (3), Duvnjak (5), Hrstic, Stepancic (3), Horvat (2), Sarac, Karacic (4), Musa, Mamic (1), Cindric, Brozovic (1), Matanovic, Mandic (1), Sipic.