Bruno Hortelano es la sensación de la selección española de atletismo que pasa su gran reválida del año en el Olímpico de Berlín, entre ayer y el próximo domingo. Su exitoso caso de superación, tras un grave accidente en el que pudo perder la mano derecha, le ha convertido en un fenómeno mediático, una anomalía entre una inmensa mayoría de atletas que pasan desapercibidos pese a sus innegables méritos deportivos.

España va con todo a Berlín, no solo con Bruno Hortelano. Desplazó un equipo de 96 atletas (53 hombres y 43 mujeres), un récord de participación para la Roja que calza clavos. Se trata de aprovechar el momento: un campeonato continental supone una oportunidad única para brillar en un año sin Mundial ni Juegos Olímpicos, sin la presencia de los mejores africanos o afroamericanos, excepto los nacionalizados por Turquía y el resto de países europeos. Como el hispanocubano Orlando Ortega, con opciones al oro en 110 vallas, especialidad dominada este año por el ruso Sergey Shubenkov (12.92).

El atletismo español necesita como nunca un baño de autoestima tras el evidente descenso en resultados en las últimas grandes competiciones, aunque ayer recibió un severo correctivo en la primera jornada de los campeonatos: los diez españoles que intervinieron quedaron eliminados.

Los pronósticos oficiales apuntan a una decena de medallas en Berlín. El último que organizó Alemania se celebró en Múnich en el año de implantación del euro (2002). España arrasó en las carreras en calle libre y, como no, en la marcha. Un botín récord de 15 medallas, más del doble que ocho años después conseguiría en casa, en el Europeo de Barcelona 2010, donde acabó sumando seis. En Amsterdam 2016 el atletismo nacional pareció preparado para triunfar, pero aún no listo. Asomados al podio, aparecieron caras nuevas, sobre todo en un sector que nunca se ha dominado, la velocidad, gracias al talento de una generación a caballo del cambio de milenio.

La punta del iceberg es un puñado de velocistas muy jóvenes, capaces de medirse con los mejores. Y en un escenario tan reconocible como el Olímpico de Berlín. La tenacidad de Hortelano para recuperar su mano dañada, volviendo a la alta competición con el puño enguantado en alto, dos años después del accidente, y batir dos récords nacionales (400 y 200) antes de viajar a Berlín, ha cautivado. La posibilidad de ver a un españolito nacido en Australia correr por debajo de 20 segundos en 200 metros es ahora real.

Por suerte, Hortelano no es el único ni está solo. La selección es muy compacta en muchas disciplinas. Ya no hay solo opciones en mediofondo, con Adel Mechaal, Toni Abadía, Marta Pérez o Esther Guerrero. Con Óscar Husillos, Lucas Bua y Samuel García, Hortelano puede completar un 4x400 explosivo. Tras ellos hay corredores tan solventes como Pol Retamal, Daniel RodrÍguez, Aitor Same Ekobo, Darwin Echeverry y Sergio Juárez. La réplica femenina en velocidad corre a cargo de Maribel Pérez, Cristina Lara, Paula Sevilla, Estela García, Laura Bueno y Jael Bestué, ésta última nacida en el 2000.

Un ejemplo trasladable a los 800, con Saúl Ordoñez y su récord flamante de la doble vuelta (1.43.65), con Álvaro de Arriba cerca. Hay más, todos a examen esta semana en Berlín.