Ni la gran reacción del último día pudo maquillar la deficiente actuación global de España en los Mundiales de Londres, los primeros en 16 ediciones (desde la inaugural de Helsinki de 1983) en los que la selección no ha conseguido ni una sola medalla. Adel Mechaal, el mediofondista que estuvo a punto de no viajar por su contencioso con los controles antidopaje, y el relevo de 4x400 metros, que fue repescado a última hora por la IAAF tras la renuncia de dos países, hicieron lo mejor de los 10 días de campeonato. Pero la selección acabó con el balance de podios en blanco y cinco plazas de finalista (en Pekín 2015 solo tuvo dos), y solo 12 de los 56 atletas (la tercera selección más numerosa de la historia) lograron marca personal.

Tras los fallos, por decirlo de alguna manera, de la campeona olímpica Ruth Beitia en altura (12ª), del subcampeón Orlando Ortega en 110 vallas (7º) y del campeón mundial del 2015 Miguel Ángel López en los 20 kilómetros marcha (10º ayer, superado por Álvaro Martín, 8º, y Luis Alberto Amezcua, 9º, en una buena actuación global de los marchadores), la recuperación llegó en la última jornada.

Mechaal acarició el bronce en el 1.500 (quedó a 18 centésimas del noruego Filip Ingebrigtsen) tras negociar con maestría una final dominada por los kenianos Manangoi y Cheruiyot. «No soy un dopado ni un apestado, y he demostrado este año que, pasando 17 controles, soy mejor atleta que el año pasado», aseguró un emocionado Mechaal, que hasta el 15 de julio no supo que el TAS le había anulado la sanción de 15 meses por tres supuestos controles fallidos.

El cuarteto Óscar Husillos, Lucas Bua, Darwin Echeverry y Samuel García completó su gran Mundial particular al ser quinto en 4x400 con un nuevo récord de España (3.00.65), que batía el 3.01.42 que en Edmonton 2001 dio el sexto puesto a Canal, Rodríguez, Andrés y Reina.