El Espanyol recibe al Real Madrid con la intención de poner fin a su mala dinámica, tras sumar tres puntos de los últimos 27 posibles, frente a un equipo renacido que ha recuperado la confianza y a varios lesionados.

El Real Madrid ha respondido bien a la obligación de ganar en Liga para no despedirse definitivamente de las opciones de pelear hasta el final por el título, a 10 puntos del Barcelona. Busca su tercera victoria consecutiva en el campeonato doméstico y extender lejos del Santiago Bernabéu la imponente imagen dejada de local ante Sevilla y en el duelo copero frente al Girona.

El reencuentro con su verdadera imagen, un fútbol más vistoso, vertical y directo en ataque, parte de una clara mejoría física del equipo de Solari que ha resucitado según ha ido avanzando el mes de enero. Además va recuperando jugadores, ya solo quedan Keylor Navas y Jesús Vallejo en la enfermería.

En el mejor momento de Vinicius, líder del juego ofensivo en seis titularidades consecutivas, Solari debe medir el regreso de su competencia directa, Gareth Bale y Marco Asensio, recuperados ambos de sus lesiones. Toni Kroos y Marcos Llorente aumentan también las opciones en el centro del campo, en el que Casemiro ha recuperado su nivel habitual.

Salvo la entrada del medio alemán, pocos cambios se esperan de centro campo hacia adelante. En defensa sí pueden regresar, tras descansar en Copa del Rey, los laterales Dani Carvajal y Sergio Reguilón más Raphael Varane en el centro de la defensa. En ataque la irrupción con fuerza de Vinicius le convierte en intocable y el compromiso de Karim Benzema, jugando con un dedo roto, en la referencia del equipo como 9.

El Espanyol llega con serios problemas en defensa. Rubi no podrá con los centrales David López, Naldo y Óscar Duarte, ni tampoco con el lateral izquierdo Adrià Pedrosa, por lesión. Hernán Pérez también sigue recuperándose de sus molestias.