El río Gállego es uno de los escenarios privilegiados para el descenso de aguas bravas. Con el magnífico telón de fondo de los Mallos de Riglos a un lado del río y la Peña Rueba al otro, la localidad altoaragonesa de Murillo albergó el Trofeo Río Gallego, prueba perteneciente a la Copa de España de estilo libre. Lo organizaron UR Pirineos y el Club Murillo Kayak.

Esta modalidad es de las más espectaculares en los deportes que se realizan en los ríos. Los piragüistas realizan saltos y giros increíbles sobre el agua, en una especialidad en la que los aficionados gozan de una competición que engancha. Se aprovechan los rulos y las olas de la corriente del río para realizar en ellos una serie de figuras.

Compitieron 40 piragüistas y se proclamó campeón de España en estilo libre con K1, Joaquim Fontané, por delante de Ander Miguel y Oriol Colomé. «El balance de la competición fue bueno. Los palistas que llegaron a la final son gente que compiten a nivel internacional», relata Gustavo Ortas, el director técnico de la prueba. También quiere destacar la cantidad de gente joven que compitió. «Había alevines, infantiles y cadetes. Con lo pequeños que son ya empiezan a hacer figuras y demuestran coraje encima de la ola», indica Ortas.

El punto en contra es que no había ningún joven competidor de Aragón. «Es una pena que organicemos esta competición y no haya un solo palista de la región. Tenemos poca tradición en piragüismo de aguas bravas y se lleva la palma el piragüismo de aguas tranquilas que se hace en clubs de Zaragoza. Los más jóvenes provenían de Cataluña y el País Vasco», afirma.

Las condiciones del río Gállego eran perfectas. «A pesar de llevar una primavera seca, en las horas de competición hicieron unas sueltas especiales y les agradecemos el detalle al Sindicato de Riegos del Bajo Gállego, que son los que controlan el Pantano de La Peña», explica Gustavo Ortas.

El rulo donde se celebró la competición estaba en el kilómetro 42,200 de la carretera A-132. «El rulo es una ola estática de río que se encuentra siempre en el mismo sitio y en condiciones similares. Las embarcaciones quedan atrapadas en la espuma y los piragüistas hacen aquí las figuras en el agua», asegura con pasión Gustavo Ortas.

Junto a la Copa de España de estilo libre se celebró el Campeonato de Jóvenes Promesas. «Había 60 inscritos. Una veintena eran de la cantera y unos 40 de la Copa de España. Tras Murillo se celebrarán pruebas de la Copa de España en Sort y en Salt». El sábado se hicieron las clasificatorias y el domingo las finales. «El primer día compite todo el mundo y el domingo, los cinco mejores. El sábado se realizan dos mangas de 45 segundos. Deben hacer el máximo número de trucos que tengan la mayor puntuación para pasar a la siguiente ronda», dice el director técnico.

El momento culminante

La final cuenta con cinco mangas y se van eliminando uno a uno. «El que hace la peor manga se queda fuera hasta llegar a la final. Así, hasta que quedan los dos mejores. Fontané hizo unas maniobras espectaculares y aéreas. El kayak se sumerge dentro del agua, sale disparado y a partir de ahí enlazan rotaciones en todos los ejes. Estos deportistas tienen muchísima potencia. Son gimnastas en un medio inestable. Hay fases en las que no pueden respirar puesto que tienen la cabeza fuera del agua». El sábado hubo un reunión de jefes de equipos y después las semifinales. Por la tarde, un descenso popular y, por la noche, una cena en el Hostal los Mallos de Murillo. El domingo se hicieron las finales y la entrega de trofeos. La competición cuenta con tres jueces. «Tienen unos ayudantes que les cantan las maniobras que van haciendo. Van tan rápido que es imposible mirar y escribir a la vez. La prueba tuvo cinco voluntarios», concluye Ortas.