Fran Murcia prefirió ayer acomodarse en el silencio del segundo plano. Eludió el protagonismo del banquillo y contempló el partido sentado en un puesto impropio y periférico y lejano a la mirada: la mesa de estadísticas. La única ocasión en la que se intuyó su presencia fue cuando el speaker anunció de forma atropellada su nombre. Ni se unió, como siempre ha hecho, en la piña que el equipo formó en mitad de la pista tras la derrota. Nadie notó su ausencia y la figura de hijo pródigo con la que regresó hace poco más de un año se ha diluido en el olvido.

Fran esquivó ante la afición la polémica en la que vive enfrascado con el CAI. El club pretende llegar a un acuerdo para rescindir su contrato, pero no se ha llegado a un trato. El pretende cobrar la ficha que le resta esta temporada y el valor íntegro de la clausula de rescisión que se guarda la entidad a final de esta campaña --posee contrato hasta el 2004-2005--. El club le ha ofrecido el 60% de esta cantidad para cerrar su salida. "Lo mejor para todos es llegar a un acuerdo amistoso. Otra cosa sería traumática al conllevar un proceso judicial, al que no queremos llegar. Queremos el mejor pacto entre las dos partes. Nuestra misión es defender los intereses de nuestro jugador", afirmó ayer José Cobelo, agente de Murcia, que no juega desde que fue operado de la rodilla el pasado 4 de diciembre.

Esmorís abre la puerta

Murcia se aproxima a la puerta de salida y el club mantiene abierta de par en par la de entrada. Tras el descarte de Miller, el CAI sigue sondeando el mercado ACB en busca de un pívot comunitario. En la lista de candidatos resalta el nombre de Esmorís, del Caja San Fernando. "Hemos barajado 30.000 opciones LEB y las hemos rechazado. Sólo valoraremos una oferta del CAI, Granada o Bilbao", reconoció ayer Cobelo, representante de el jugador, que ayer metió un punto en la Copa. También aparece en la agenda Manu Gómez, del Etosa Alicante, aunque la entidad levantina se muestra reacia a su salida, y el inglés Darren Phillip del Unicaja.