Un tanto de Antoine Griezmann a cinco minutos del final del derbi madrileño castigó la especulación del Real Madrid cuando se sentía ganador gracias a un testarazo de Pepe y vio justo físicamente a su rival, que acabó reaccionando con los cambios de Diego Simeone. Fue un duelo con ritmo de final y máxima tensión, sintiendo media Liga en juego el Real Madrid y la posibilidad de bajar del liderato a su eterno enemigo para los atléticos. Más frescos físicamente los de Zidane pero especuladores en el esfuerzo final mirando el calendario. Luchando por estar a la altura en lo físico los de Simeone, siempre bien posicionados y con una fe que les condujo al premio.

El respeto marcó el inicio. No hubo salida en tromba madridista, ni agobios para controlar de inicio a los rojiblancos. El encuentro dibujaba sus trazas tácticas, con poca movilidad de la BBC, lo que obligaba a aparecer a los laterales. Pero Carvajal y Marcelo tenían más respeto del habitual, con miedo de caer en la trampa de Simeone: Carrasco pegado a la cal en la derecha para castigar cualquier despiste defensivo de Marcelo y la falta de ayudas de Cristiano si Juanfran se incorporaba. Mientras se deshacía la madeja táctica, el primero en avisar fue el Atlético. Una falta lateral de Koke la peinó Saúl y acarició el poste a los tres minutos.

El Real Madrid se hacía con el dominio de balón, mordía en la presión en la medular con Casemiro, Kroos y Modric imponiéndose siempre. Mejoraba el rendimiento el croata respecto a sus últimas actuaciones. Sin apariciones en banda, todo dependía de él y aparecía con liderazgo, encontrando vías de pase pero topándose con un muro en sus disparos. Oblak sostuvo a su equipo. Firme por alto y ágil bajo palos. Las imprecisiones en la salida de balón las solventaba transmitiendo siempre seguridad. La segunda línea blanca mordía.

Pese a ser un duelo táctico y de poco ritmo, las ocasiones llegaron. Oblak salvaba a una mano la aparición de Benzema. Se iniciaban los minutos de mayor agobio visitante. Gabi cometía un error en zona de peligro, donde Modric aparecía con continuidad y dejaba solo a Cristiano, escorado. Necesitaba aire el Atlético, y el Real Madrid a Bale, desaparecido, dejando un cabezazo cruzado como única acción de peligro. También de cabeza pudo golpear Godín, pero no encontró puerta a centro de Gabi.

Las órdenes de Zinedine Zidane a sus hombres fueron claras en el descanso: los laterales debían desdoblarse. Así, en dos minutos generaron más peligro que en todo el primer acto. De una falta lateral aparecía una nueva acción a balón parado de la que el Real Madrid rascó oro. El testarazo de Pepe fue inalcanzable.

Se desató el líder con el gol. Con ganas de más para recibir una inyección de moral antes del Bayern. Carvajal pudo sentenciar, pero la enganchó arriba con tiempo para matar el balón y disparar. Estaba obligado a reaccionar el Atlético, que en un arranque de raza pudo empatar con Saúl. Keylor reclamó su papel de protagonista y curó sus penas en un mano a mano con Fernando Torres que sacó con el pie.

Simeone movía un banquillo con bajas importantes. Recurría a Correa como revulsivo y a Thomas para adueñarse del centro del campo. El Real Marid jugó con fuego reculando. Perdía el balón y a Zidane le costaba quitar a Bale tras perder a Pepe en la batalla por un fuerte golpe en las costillas. Fue cuando el Atlético demostró su carácter. Luchando hasta el final para asestar un golpe directo. Avisó con una chilena anulada por posición ilegal Griezmann antes de encontrar espacio para la carrera, recibir el pase en profundidad de Correa y marcar para instalar la preocupación en el madridismo.