La ausencia más destacada del entrenamiento de ayer del Real Zaragoza fue la de Aleix Febas. El leridano, que no pudo trabajar al mismo ritmo que sus compañeros la semana pasada debido a una fractura en el pulgar, sigue «un programa de trabajo individualizado por molestias musculares», según informó el club aragonés, que no anticipó previsiones del momento en el que el centrocampista se vuelva a ejercitar con normalidad.

Febas sufrió una caída en el transcurso de la primera parte del encuentro de la pasada jornada contra el Nástic en Tarragona. Jugó el segundo tiempo en en el Nou Estadi con un vendaje en su mano derecha y se le preparó una férula especial, adaptada al primer dedo de su mano derecha, para que el colegiado le permitiese participar en el choque frente al Oviedo.

Si Natxo González quiere repetir la alineación que ha logrado la victoria en las dos últimas jornadas de Liga, tendrá que esperar a la recuperación del jugador catalán, a quien no se vio tan cómodo en el encuentro ante el Oviedo. El técnico lo sustituyó en el minuto 65 por Buff, que ha tenido un buen rendimiento saliendo desde el banquillo en las dos últimas jornadas y que, en principio, sería quien ocupase su lugar en el vértice alto del rombo.