No estaba contento Henk Norel después del partido. Su actuación había sido más que buena pero eso queda en nada cuando el equipo pierde y en mucho menos cuando más que la derrota duele la imagen ofrecida. «La diferencia al final ha sido de 11 puntos pero tenía la sensación de que eran 30», resumió el capitán del Tecnyconta Zaragoza. El pívot holandés coincidió en el análisis con su entrenador al señalar la pérdida de la identidad como equipo como lo peor de la noche. «Ha habido un momento en el que hemos dejado de luchar y, en frente de nuestra gente, estoy viendo que había 9.000 personas, con un pabellón increíble, tenemos que enseñar nuestro corazón y luchar», añadió.

El capitán habló después de su mejor partido de la temporada. Libró una dura batalla con Ante Tomic, el pívot más en forma de la Liga Endesa, y salió bien parado. Sobre todo en ataque, claro, en defensa ya fue otra cosa. Norel tampoco pudo frenar al croata, como la mayoría de rivales en esta Liga, pero acabó con mejores números que él. Anotó 15 puntos, capturó 8 rebotes y sumó 27 de valoración.

La versión del pívot holandés está mejorando jornada a jornada. Tras un mal inicio de temporada después de un verano complicado por una lesión y sin un relevo de garantías en la plantilla Norel está recuperando la frescura en las últimas fechas. Ya se le ve moverse con más soltura y está volviendo a sacar su gancho, ese gesto tan característico suyo. Ayer jugó casi media hora y, aunque por momentos parecía faltarle el aliento, fue de lo poco salvable del equipo, la única referencia constante del Tecnyconta.

«Henk está cada vez mejor», reconoció también Casadevall. Claro que inmediatamente advirtió: «Si recuperamos a Henk y perdemos a los demás no hacemos nada». Porque el Tecnyconta dispuso ayer de su capitán, sí, pero fueron muchos más los jugadores que no estuvieron a su nivel que los que sí estuvieron. Y así es imposible que el equipo aragonés pueda sacar adelante sus partidos. Mucho menos si enfrente tiene un rival superior como ayer el Barcelona. Por eso la imagen del equipo no fue nada buena pese a la dificultad del partido. Y por eso Henk Norel se quedó con una espina clavada, más dolido que contento con su actuación.