La esquiadora estadounidense Tatyana McFadden ha aprovechado su participación en los Juegos Paralímpicos de Sochi para hacer realidad uno de sus sueños: conocer a su madre biológica, Nina Polevikova. El emotivo encuentro se produjo el sábado pasado, después de la prueba de esquí de fondo de 12 kilómetros, en la que McFadden, que fue adoptada cuando tenía 6 años, acabó en quinta posición.

"Ha sido maravilloso, es un sueño que siempre he querido cumplir. Siempre he pensado en ello y no podía creer que fuera posible, por lo que ha sido una experiencia gratificante", ha explicado la esquiadora. Por su parte, Polevikova ha considerdo "un milagro" encontrarse de nuevo con su hija.

McFadden nació hace 24 años en San Petersburgo con espina bífida. Esta malformación rara vez pone en peligro la vida del paciencia si es operado de forma inmediata, pero no fue intervenida hasta 21 días después de nacer, y según los médicos, solo su fuerza innata le mantuvo con vida. Al ser una niña no deseada con una discapacidad, tras la intervención fue enviada a un orfanato tras ser operada, donde creció en un ambiente de privaciones. Durante los 6 años que pasó allí, aprendió a moverse caminando con los brazos.

La visita que cambió su vida

Su vida cambió cuando Deborah McFadden, que trabajaba como comisionada de la discapacidad para el Departamento de Salud de Estados Unidos, visitó el centro en un viaje de negocios. El vínculo que se creó entre ambas le llevó a tomar la decisión de adoptarla. La niña llegó a su nuevo hogar con una fuerte anemia y con muy poco peso debido a su malnutrición. Los médicos pronosticaron que viviría pocos meses, pero una vez más dio muestras de su instinto de supervivencia y volvió a desafiar a un destino adverso.

Su madre adoptiva decidió apuntarla a diversos grupos deportivos juveniles y McFadden canalizó toda su fortaleza interna en el deporte. Los resultados fueron tan inmediatos como sorprendentes. Las carreras de sillas de ruedas se convirtieron en su pasión. Con 15 años se convirtió en la miembro más joven del equipo de atletismo de EEUU en los Juegos Paralímpicos de Atenas, su primera competición internacional, donde logró una medalla de plata en los 100 metros y una de bronce en los 200 metros.

Dos años después ganó el oro y fue récord mundial en los 100 metros en los Campeonatos del Mundo de IPC 2006 en Assen. Conocida con el sobrenombre de 'la Bestia' por su fortaleza, siguió coleccionando medallas en los Juegos Paralímpicos de Pekín y en Londres.

Cuatro maratones

El pasado año se convirtió en la primera atleta del mundo en ganar cuatro maratones --Boston, Chicago, Londres y Nueva York--, además de seis medallas de oro en el Campeonato del Mundo celebrado en Lyón en todas las disciplinas atléticas desde los 100 a los 5.000 metros. Precisamente, tras ganar estos maratones decidió destinar todo el dinero ganado en preparar el reencuentro con su familia biológica. "Necesitaba un coche nuevo y pensé que se iba a gastar el dinero para comprarse uno, pero ella dijo que quería llevar a toda su familia rusa a Sochi", ha relatado su madre adoptiva.

La deportista ha pagado el vuelo y el alojamiento para 10 personas en Sochi durante todos los Juegos. "Para mí era muy importante tenerlos aquí y he trabajado muy duro para conseguirlo", ha señalado la esquiadora, que volverá a competir el miércoles en la prueba de un kilómetro, donde contará con el apoyo de su familia biológica y del director del orfanato de Rusia del que fue adoptada.

Al margen de su actividad deportiva, cabe destacar que McFadden estudia una licenciatura en Estudios de la Familia y Desarrollo Humano en la Universidad de Illinois y trabaja como defensora nacional para la igualdad de acceso de las personas con discapacidad.