Esquiar sobre el asfalto es una actividad que cada vez es más practicada en España. Cuando la nieve desaparece de las estaciones de esquí de fondo, los deportistas buscan como sustitutivo el asfalto. De esta manera no pierden la técnica y siguen manteniéndose en forma hasta que llegan las competiciones. Lo suelen practicar los biatletas, los triatletas invernales y los esquiadores de fondo. En Aragón son asiduos los deportistas de los equipos de la Guardia Civil, los militares y los jóvenes del Centro de Tecnificación (CETDI).

También lo practica Víctor Lobo, olímpico en los pasados Juegos de Sochi en biatlón. "El rollerski son una especie de patines que simulan el esquí de fondo y que va por la carretera. La tabla tiene en sus extremos unas ruedas. Lleva la misma fijación, botas y bastones que el esquí de fondo", dice Lobo. Cuesta entre 200 y 500 euros. "Hemos creado una empresa que se denomina Quionne y que vende esquíes de fibra de carbono", apunta Lobo.

El esquí de fondo y el rollerski tiene algunas diferencias. "Cuando vas esquiando por nieve, tienes que empujar de manera suave y progresiva con las piernas. Con el rollerski empujas sin tener en cuenta que no se va a hundir con un pisotón".

Los especialistas pueden correr con rueda rápida o lenta. "Cuando sales a competir por Europa, obligan a correr con los esquís que da la organización y a todos les ponen la rueda lenta. Con la rápida las bajadas serían una locura. No puedes arriesgarte a coger velocidad porque luego no frenas. Bajando con rueda rápida te sales en la primera curva y te matas. Habré descendido a 60 kilómetros por hora en una bajada recta". Lobo se entrena por las cercanías de Huesca, su lugar de residencia. "Suelo ir al Salto de Roldán y a la zona de Arguis. También dejo el coche en Arguis y voy por la carretera vieja de Monrepós en dirección a Belsue y Nocito". También hace todos los días el recorrido desde su casa hasta Walka. "Es liso y lo hago con rueda lenta. Son diez kilómetros de ida y diez de vuelta. Cojo el carril bici a una carretera que va por Banaries y Cuarte. Alguna vez he ido a Oroel y también a Francia, al Col del Portalet por la vertiente francesa, donde el puerto tiene una longitud de 30 kilómetros", afirma Víctor Lobo.

Competiciones

También se realizan competiciones de la modalidad. El año pasado Lobo disputó el Mundial de biatlón en rollerski en los Dolomitas italianos donde terminó en la primera treintena. Hace dos domingos se disputó la subida al Rapitán en Jaca. Lo organizó el Club Pirineista Mayencos. El director técnico es Michel Galay. "Era la segunda edición de la prueba. Iniciamos la subida a lado del hospital y llegaba hasta el fuerte del Rapitán en 3.200 metros de longitud y casi 200 de desnivel", explica Galay.

Este año se incluyeron las especialidades de patines y bicicleta. "En total corrieron 77 deportistas y en rollerski unos 40", dice. En chicos la participación fue de élite. Lobo ganó a Diego Ruiz y Samuel Pulido. Los tres son olímpicos. En chicas Berta Pérez venció a Cynthia Martínez y Cristina Ara. Galay se quedó admirado de la manera de patinar de los mejores. "Cada patinada deslizan muchísimo. El que más desliza es el que más avanza. Hay gente que tiene mucha fuerza, pero que no desliza bien porque no tiene buena técnica y desperdicia mucha fuerza", dice.