Diecisiete amarillas lleva Marcelo Silva en lo que va de Liga, en los 33 partidos que ha jugado con el Zaragoza, una barbaridad. Dos de ellas significaron su expulsión, en los encuentros ante el Rayo Vallecano y el Sevilla Atlético, aunque esta última fue anulada después por los comités. Además, si Competición no le quita la cartulina que vio el sábado en Oviedo, cumplirá su tercera sanción por acumulación de amonestaciones el domingo ante el Rayo.

«Nunca me había pasado tener una temporada con tantas cartulinas amarillas. No creo que haya una persecución hacia mí de parte de los árbitros», reflexionó el central uruguayo, que atribuye tantas cartulinas a que los colegiados no están siendo justos con él: «Si hay alguna persecución me tendrían que estar viendo más y saber que es mi manera de jugar. Además, muchas veces me he llevado tarjetas amarillas sin merecerlas», añadió el futbolista.

Lo que es evidente es que Marcelo Silva y su estilo de juego han cambiado en el Zaragoza. O, al menos, es un central más agresivo de lo que era en Almería o en Las Palmas, donde ni de lejos llegó a tantas amonestaciones. Hasta ocho vio en Pucela y siete en la isla, aunque jugó menos que en el Zaragoza. En Almería, donde su continuidad fue aún menor, también fue amonestado en menos ocasiones.

En todo caso, su ausencia, si no prosperan los recursos, ante el Rayo sería cubierta por Valentín, que ha perdido mucho protagonismo desde la llegada de Láinez al banquillo. Y Silva no tiene dudas de quién sería su sustituto: «Juegue yo o no, el equipo lo va a hacer espectacular en el partido contra el Rayo Vallecano. Sin duda está Jesús (Valentín), que las veces que le ha tocado, tanto de volante en el centro del campo o de central, lo ha hecho bien. Tengo toda la confianza en él. Si me toca jugar, bien y, si no, a ayudar desde fuera», aseguró.

A punto de acabar su primer curso en el Zaragoza, Silva no oculta su «decepción, porque llegué con la intención de luchar al menos por el playoff. Este club tiene que volver a la máxima categoría pronto». Acaba contrato en junio y todo apunta a que su destino está en Estados Unidos, en la MLS. «Mi prioridad es la salvación. Después me centraré en mi futuro. Ya se verá».