Directo, contundente, fácil de palabra, reservado y valiente. Oscar Quintana dibujó ayer los primeros trazos del nuevo estilo con el que va a gobernar el CAI Zaragoza la próxima temporada. En su presentación, el relevo de Alfred Julbe en el banquillo se mostró locuaz, comunicativo, de verbo rápido y respuesta consecuente. "Con mi fichaje por el CAI doy un paso para coger impulso y saltar más lejos --explicó cuando se le cuestionó por su decisión de dejar el Fuenlabrada de ACB por un club de LEB--. Puede que al saltar me caiga y me pegue un guantazo que no me reconozca ni mi padre. Pero el que quiere algo, tiene que arriesgar. Por suerte o por desgracia tengo que ir por caminos más largos que otros colegas. No me importa. Creo en el proyecto y sé que tiene largo recorrido, aunque la primera parada es obligatoria. Si no consigo el ascenso, me tendré que ir a mi casa con el rabo entre las piernas".

Conocedor de la Liga LEB, en la que probó el sabor del triunfo en la temporada 97-98 con el ascenso del Fuenlabrada, pero de extensa experiencia en la ACB (nueve años consecutivos), Quintana ofreció las primeras pistas sobre su libro de estilo. "Me gusta que mis equipos jueguen muy bien... y que ganen. Siempre me he adaptado a los jugadores que tengo. Mi trabajo es sacarles el mayor rendimiento posible. Algunos de mis equipos han sido más ofensivos y otros más defensivos, pero en la balanza tienden a ser más ofensivos", reveló el entrenador cántabro, de 37 años, seleccionador nacional sub-20 y ligado al CAI por la próxima temporada y una más condicionada al ascenso.

EL TRAJE Quintana asume un proyecto ambicioso, con una respuesta social espléndida, y cargado de presión por conseguir el objetivo único. Y no quiere echar toda la casa abajo y levantar una nueva por completo. "La idea no es hacer un traje nuevo sino que cuantas más piezas encajen mucho mejor", aseguró. El extécnico del Fuenlabrada llega solo. El nombre de su segundo todavía no se conoce, aunque la opción de Gabriel Bolaños no está descartada. "Querría que fuera guapa y rubia --bromeó--. Aceptaré lo que el club crea que sea lo mejor para mí".

Quintana tiene unas prioridades. "Primero hay que elegir a dos buenos americanos y, luego, ir completando una plantilla que nos dé confianza y garantías mínimas", añadió. Serán dos pivots y los dos primeros de la lista son Tom Wideman (Gijón) y Antonio Reynolds (Murcia). La negociación con los dos jugadores está abierta, aunque la distancia económica entre las partes es todavía grande.