—En 4 temporadas pasa de Liga EBA a, con apenas 20 años, debutar en ACB con el Gran Canaria. ¿Cómo fue esa evolución?

—Esa temporada, 2003-04, tenía dos opciones, jugar en LEB o en ACB. Soy muy ambicioso y decidí probar en ACB. Me marché cedido al Gran Canaria y tenía por delante a Pat Burke, pero una vez que se consumó su fichaje por el Real Madrid tuve más protagonismo en el equipo. Fue un año genial en lo deportivo.

—En Málaga vieron su potencial y le repescaron. Campaña 2004-05. Destaca como uno de los mejores jugadores en España y se proclama campeón de la Copa del Rey. ¿Un año para recordar?

—Fue muy bonito porque fue mi primer título. Tengo muchos recuerdos que no voy a olvidar. El ganar una Copa del Rey y el poder vivir el ambiente con la afición, la celebración en la cancha y luego toda la fiesta posterior... Fue una de las mejores noches de mi carrera. A partir de ahí tocaba mantener el nivel y continuar trabajando.

—Esa temporada le sirvió para ser elegido en el 11º lugar del Draft por los Orlando Magic pero finalmente rechaza ir a Estados Unidos. ¿Cuál fue el motivo?

—Fue un motivo familiar. Me gusta estar cerca de los míos y no podía poner tanta distancia. No me arrepiento de haber rechazado ir a la NBA porque más adelante tuve oportunidades y estoy contento de cómo se ha desarrollado toda mi carrera. No me he preguntado nunca qué hubiera pasado si hubiese decidido ir a Orlando. Me gusta vivir el presente y ahora, a mis 35 años, echo la vista atrás y estoy contento con todas las decisiones tomadas.

—En 2006 deja Girona y ficha por el Barcelona.

—En Girona vieron la posibilidad de traspasarme y a cambio recibían a Marc Gasol y a Víctor Sada. En aquel momento yo tenía una ficha alta y el club no se podía hacer cargo de ella. Era lo más beneficioso para ambas partes. En el Barça viví seis años maravillosos donde conseguí cosas que muy pocos pueden tener, tres Ligas y una Euroliga, entre otras.

—Durante esos años vivió su época dorada en la selección, con la que participó en el Eurobasket del 2005 y el Mundial 2010. ¿Fue injusto que sus buenos partidos no se premiasen con una mayor presencia con España?

—No, no fue injusto. Muchas veces decidía no ir porque no estaba bien físicamente o terminaba cansado y el cuerpo me pedía descansar. También hubo rumores de que mi ausencia se debía a malas relaciones con compañeros de la selección. Al contrario, la realidad es que nunca tuve ningún problema con nadie.

—¿Cómo es compartir vestuario con jugadores que han hecho y continúan haciendo historia en la NBA?

—Al verlos en tu propio vestuario es un orgullo estar a su lado. Juan Carlos Navarro, Pau Gasol… todos ellos han hecho grandes cosas por el baloncesto. Son gente normal, que tienen más focos por ser quienes son y eso conlleva más presión para ellos. Pero trabajan duro cada día e intentan que los jugadores que estén a su lado se adapten lo mejor posible al grupo.

—Sus dos últimas temporadas en Tenerife fueron una segunda juventud, donde obtuvo una Champions y una Intercontinental, y le abrieron de nuevo las puertas de la selección.

—Jorge Garbajosa, que ahora está como directivo de la selección, me habló sobre cómo estaba la situación con la FIBA y le dije que yo quería ayudar. Por otro lado, mi hijo de 6 años, que nunca había visto a su padre con la elástica roja, quería verme defender los colores de la selección. Esa fue la clave de mi regreso.

—Este verano su nombre sonó mucho en el mercado, y se decantó por Zaragoza. ¿Por qué?

—Quería probar cosas nuevas. Jugar solo un partido a la semana, algo que llevo mucho tiempo sin hacer, y ver cómo me adapto a un nuevo episodio. Queremos devolver a este equipo al sitio que se merece, llevarlo más arriba en la tabla que los últimos años.

—¿Considera su nueva aventura más un reto o un retiro?

—Un reto. El retiro llegará cuando vea que no puedo aportar más. Pero ahora me encuentro bien. No soy el Fran Vázquez de 25 años, pero sí que soy más veterano y tengo experiencia en muchas más cosas que antes.

—Ya conoce a sus compañeros y han comenzado los entrenamientos, ¿qué sensaciones tiene del nuevo proyecto?

—De momento mucho cansancio (bromea sobre las sesiones físicas). Son buenas sensaciones. Al principio cuesta adaptarse a unas ideas, a la forma de jugar de los compañeros, porque somos todos nuevos. Pero ahora, ya inmersos en la segunda semana de entrenamientos, vamos mejorando poco a poco y vamos por el buen camino para preparar el inicio de la temporada.

—Un proyecto que combina juventud y experiencia. ¿Es consciente de que usted es el jugador referencia del equipo?

—Somos 12 jugadores. Somos un equipo. Mi labor como un jugador veterano es explicarles cómo funciona la Liga a los más jóvenes, darles consejos para mejorar e intentar unir al vestuario para hacer equipo. A partir de ahí, todos los veteranos que estamos en la plantilla intentaremos ayudar al club en todo lo que podamos.

—¿Qué tal asimilan los planteamientos de Porfirio Fisac?

—Es un entrenador al que le gusta tener sus ideas muy definidas, que lo que él dice se muestre en la pista. Estoy muy contento de estar con él porque también sabe escucharnos, le podemos dar nuestras ideas e impresiones y él te ayuda en cualquier cosa que necesites, tanto dentro como fuera de la pista. Eso es muy importante para los jugadores y así poder potenciar la idea de equipo que queremos ser.