Cayó el muro alemán en Dortmund e inmediatamente emergió la eterna vanidad de un futbolista interminable en el césped y proclive a los excesos a la hora de repasar la trascendencia de su figura y la amplitud de su personaje que limita con ese perfil ególatra en el que se mueve a la perfección. En su partido 400 con el Madrid, Cristiano recuperó el olfato goleador y no necesitó que nadie ponderase su ego. "Cuando eres grande, la gente habla de ti", dijo el portugués nada más terminar el encuentro en el Signal Iduna Park, de donde salió convertido en ese dios que irrumpe en su interior.

A punto estuvo Gareth Bale de robarle el protagonismo en una noche en la que el jugador galés rememoró tiempos pasados con un golazo que se debió clavar en las entrañas de Cristiano. Menos mal que el propio Bale asistió a CR7 para comenzar a triturar su falta de puntería en los dos últimos encuentros de Liga, en los que quedó inédito. Pero a Cristiano le quedaba algo más. Sabía que era una noche para picar alto, para volver a dejar su sello y recrearse en su arrogante envoltorio.

"A la gente le molesta mi brillo"

Al menos no soltó aquello que recitó un día después de declarar ante la jueza por la acusación de la Fiscalía de defraudar 14,7 millones de euros. "A la gente le molesta mi brillo. Los insectos atacan a las lámparas que brillan", dijo el astro portugués. "La gente habla de Cristiano todos los días en todo el mundo y todo lo que lleva el nombre de Cristiano es noticia mundial", aseguró el siete blanco antes de comenzar a 'levitar'.

Poco después, Cristiano se vio en las alturas, en el avión de regreso a Madrid. Allí, Sergio Ramos le entregó una camiseta con el número 400 por el número de partidos que lleva en el Madrid, donde ha marcado 411 goles. Un beso del central al portugués y foto conjunta con los compañeros en el pasillo de la aeronave.

Inminente renovación

Todo ello se producía en un escenario perfecto para perseguir otro de los objetivos de Cristiano: su renovación. Se hace necesario ampliar uno o dos años su relación con el Madrid y subirle algo más la ficha para ayudarle a pagar la multa a Hacienda. Es decir que de los 22 millones que percibe ahora pasaría a cobrar 30. "Eso de la renovación es una pregunta para el presidente", afirmó el jugador portugués.

En el caso de Cristiano hay que escenificar otra puesta de largo en el palco de honor del Bernabéu. Allí, Florentino volverá a caer rendido ante un jugador que amenazó el pasado verano con marcharse del Madrid al sentirse perseguido por Hacienda. "No escuchaste de mi boca que me quería ir", apuntó el astro portugués en los micrófonos de Antena 3 mientras recitaba su letanía de piropos hacia su persona.