"El Barça, nos ha tocado el Barça!", chillaban rodeando un teléfono los jóvenes de la cantera del Cornellà. Mientras los jugadores del primer equipo se blindaban lejos de las cámaras con la intención de salvaguardar las distancias y mantener intacto el protocolo sanitario, eran los canteranos los que saltaban y daban voces en las inmediaciones del estadio municipal de Cornellà tras el sorteo de dieciseiavos de la Copa del Rey. Y queriendo o no, el club dejaba a la vista su verdadera esencia: el plantel.

Eclipsado por el gigantesco RCDE Stadium, hace tiempo que en el corazón del Baix Llobregat el color de moda es el verde de la bandera de la UE Cornellà, que tiñe la mayor parte de los balcones de la ciudad. A contracorriente del fútbol moderno, el conjunto catalán se olvida de lo económico y centra sus esfuerzos en lo social. Dispone de equipos de categoría Genuine (para personas con discapacidad intelectual), fomenta el fútbol femenino y puede presumir de haber engendrado una gran comunidad a su alrededor. También de tener, con 1.200 fichas, la tercera mejor cantera de Cataluña y disputar de tú a tú cualquier titulo base a RCD Espanyol y FC Barcelona.

A ser el 'matagigantes'

Los jóvenes que ahora celebran el sorteo son los mismos que durante años han paseado el nombre de la ciudad ante las jóvenes promesas de la Masia. Ellos ya saben lo que es ganar al conjunto azulgrana y ahora les toca a sus referentes, que apelan al espíritu de la Copa para convertirse en el matagigantes de la competición.

Después de derrotar al líder de la Liga y obligar a Simeone a salir con la cabeza gacha de Cornellà con jugadores del calibre de Giménez, Felipe, Torreira, Saúl, Vitolo, Correa y Joao Félix, los hombres de Guillermo Fernández Romo quieren volver a convertir el estadio municipal en una ratonera. El objetivo, que los focos vuelvan a mirar hacia la alegría verde; algo a lo que empiezan a estar habituados los aficionados del verdadero oriundo de la ciudad.

El precedente del Madrid

Porque el modesto conjunto del Baix Llobregat está viviendo los mejores años de su historia desde que se fundara en 1951. Ganarle al Atlético de Madrid fue la guinda de un pastel que puede coronar el FC Barcelona. Pero todo empezó en 2014 con el ascenso a Segunda B. En apenas un año pasaron de deambular por los terrenos de juego de regional a pedir prestado el RCDE Stadium para recibir a todo un Real Madrid en la Copa. Entonces cayeron frente a los blancos, pero aprendieron la lección. Y están de vuelta con la mejor de las sonrisas. También con el mejor de los espíritus, que es el caer pero no rendirte.

Porque el fútbol es tan caprichoso que puede dejarte a un solo gol del ascenso a Segunda División en tu tercera intentona consecutiva y apenas cinco meses después regalarte un triunfo ante el líder de la máxima categoría estatal. Por eso, desde el club tienen claro que en la insistencia y el trabajo está el camino para vencer a los pupilos de Ronald Koeman. También en el césped artificial de Cornellà y en el saberse inferior por estadística. Y es que, hace menos de un mes, los verdiblancos vieron cómo un solitario gol de Collado servía para que el filial azulgrana asaltara el estadio municipal.

El pasado verde de Jordi Alba

"Será un encuentro muy especial para ambos, pues somos dos equipos que nos conocemos mucho de Segunda B y de las categorías inferiores", expresaba el presidente de la entidad, Álex Talavera, tras congratular a los suyos por el extraordinario esfuerzo ante el Atlético de Madrid. El ahora dirigente de los verdes conoce a la perfección a su próximo rival copero. O al menos a una de sus piezas clave.

Y es que, en su etapa como guardameta, Talavera (que también militó en las categorías inferiores del Barça) llegó a coincidir con Jordi Alba en el vestuario del Cornellà. De hecho, el ahora presidente del club fue el meta titular del encuentro en el que Alba anotó su primer tanto con la camiseta verde. Tras ser descartado por el Barça, el lateral de L'Hospitalet abandonó la Masia para recalar en las categorías inferiores del conjunto del Baix Llobregat. Y fue en el antiguo campo del club, el de la Via Fèrria, donde se forjó la leyenda de una de las mejores parejas de baile de Leo Messi.

Alba regresa a su casa y Cornellà le espera con los brazos abiertos pero con la intención de que a los azulgranas se les acabe pronto la Copa. Su principal objetivo es el ansiado ascenso, pero mientras eso no sucede quieren ir engrosando su propio libro de hazañas.