Francesco Molinari ha cuadrado el año de su vida. Conquistó el Open Británico, convirtiéndose en el primer italiano de la historia que ganaba un grande, y dio el punto definitivo a Europa para recuperar la Ryder en el avasallador triunfo ante Estados Unidos (17,5 a 10,5). Una paliza en toda regla, ya que el torneo quedó decidido cinco partidos antes del final.

Molinari venció a Phil Mickelson en el tee del hoyo 16, un par 3. Iba tres por delante, con lo que tenía medio punto asegurado, igual que Sergio García, que venía por detrás y se había asegurado otro medio punto ante Rickie Fowler. Molinari dejó la bola en el green pero Mickelson la tiró al agua. Se quitó la gorra y le estrechó la mano, reconociendo su derrota y estableciendo el momentáneo 14,5 a 9,5 que brindaba el título a los europeos.

El inconmensurable Molinari cerraba su segunda participación con un pleno de victorias (cinco puntos en los cinco partidos jugados), pero no le anduvo a la zaga García, a continuación, que ganó su partido y se erigió en el golfista europeo que ha sumado más puntos para el equipo en la historia, superando a Faldo.

El golfista español, que no había superado el corte en ninguno de los cuatro grandes de la temporada, entró en el equipo por la decisión personal del capitán Thomas Bjorn. Una apuesta basada en los antecedentes y bien correspondida sobre el césped. García ganó tres de los cuatro partidos disputados. «Los 12 jugadores han estado increíbles. Debería conservarlos a todos y llevármelos a América en la próxima edición», comentó Bjorn. También Jon Rahm, debutante, que superó a un desastroso Tiger Woods en la jornada de ayer.