El azar es incontrolable. Jugarse un partido en la última acción conlleva el riesgo de perderlo, bien lo sabe el CAI Zaragoza, y ayer volvió a salirle cruz ante el líder del grupo. En la última acción de la prórroga, tras dos canastas de Traore, una falta clarísima no pitada sobre Jelovac bajo el aro y un lanzamiento fallido de Robinson, el Estrasburgo se llevó el partido, certificó su clasificación para el Last 32 y dejó la del CAI Zaragoza pendiente de un hilo. El duelo de la próxima semana contra el Telekom Bonn es ya una final y el equipo aragonés tendrá que ganar también en Italia y al Bamberg. La clasificación se ha puesto cuesta arriba.

Jugarse el partido en la última acción es un riesgo, aunque ayer cabe atribuirle también al CAI el mérito de jugárselo en la última acción, de forzar una prórroga, llegar vivo y tener opciones hasta el final ante un señor equipo como el Estrasburgo. Un conjunto lleno de buenos jugadores, con un base espectacular como Diot, un pívot poderoso como Traore, un anotador como Campbell, que, además, jugó con criterio, moviendo el balón con velocidad, encontrando los resquicios que le dejó el CAI al principio y sin sufrir temblores en el momento preciso.

El equipo zaragozano empezó mal, sin la tensión adecuada, y el Estrasburgo dominó a placer el primer cuarto, lastrando el partido aragonés. Diot ofreció un recital de dirección y lanzamiento y, a base de triples y con un juego en apariencia sencillo, el equipo de Vincent Collet se le subió rápidamente a las barbas al CAI Zaragoza. Con 13-22 en el marcador al término de los primeros minutos, al CAI no le quedaba más remedio que ponerse a trabajar de verdad, obligado entonces a hacer un esfuerzo mayor que si hubiera empezado con más concentración.

Lo hizo el equipo de Joaquín Ruiz Lorente, apretó atrás, cortocircuitó el juego francés y fue recortando poco a poco distancias con un poco de Norel, otro poco de Jelovac, que nunca falta a su cita, hasta ponerse por delante por primera vez en el marcador en el minuto 38 (50-49) con una acción de Robinson, otro de los que tiraron del carro aunque errara la canasta decisiva. Ambos equipos estuvieron mejor en defensa que en ataque, lo que hizo destacar aún más el mal arbitraje del trío designado ayer. Faltas muy claras no señaladas, flopping castigado según a quién, acciones que marcaba el colegiado más lejano a la jugada...

El público se quejó amargamente durante todo el encuentro, los jugadores no se lo podían creer, Joaquín Ruiz se desesperaba en la banda... Hubo muchas acciones, aunque pocas tan claras como la última que recibió Jelovac y no señalaron. La acción terminó en el lanzamiento forzado y errado de Robinson que impidió una nueva prórroga, dio la felicidad al Estrasburgo y dejó el desconsuelo en los jugadores del CAI, lamentando recibir el mismo castigo, la misma derrota cruel pese al trabajo realizado. El CAI Zaragoza mereció algo más ante un gran rival pero no lo obtuvo y ahora ya no puede fallar.