El zaragocismo, o al menos una parte de él, esas 600 personas que acudieron al Auditorio de Zaragoza, rindió un sentido homenaje a uno de los jugadores que ha marcado un hito en su historia, Carlos Lapetra, y a un torneo, la Copa, en el que este equipo ha escrito sus mejores páginas, seis en concreto. Para todas ellas hubo un recuerdo, en especial para la Sexta , conseguida en Montjuïc el 17 de marzo. La II Gala deparó una noche llena de emociones y de exaltación zaragocista. Y, es verdad, son muy discutibles las formas, una fiesta tan restringida para una afición tan grande, pero el fondo está justificado. Habrá que agarrarse a eso.

El acto contó con la plantilla al completo, ilustres veteranos, el consejo del club encabezado por Alfonso Soláns y distintas personalidades de la vida aragonesa. También asistió La Saeta Rubia , Alfredo Di Stéfano, encargado de entregar a Cristian Lapetra, hijo del mítico jugador, la insignia de la Asociación de Ex Futbolistas Internacionales. Junto a él, Fusté, Santamaría, Pachín, Rivilla y Pedraza, todos internacionales, como Lapetra.

Y, junto al recuerdo a José Antonio Aranda, el seguidor herido en la final, y la insignia de oro para Enrique Zueco, por sus 50 años de socio, las seis Copas tomaron el protagonismo en el estrado. Reija y Santamaría (1964), Violeta y Canario (1966), Señor y Cedrún (1986), Pardeza y Belsué (1994), Aguado y Paco (2001) y Cuartero y Láinez (2004), seguidos de toda la plantilla actual con el cuerpo técnico, las portaron ante un gran aplauso.