El gesto de Piqué desafiando a la grada de Cornellá tras evitar la derrota del Barça en el derbi del domingo reventó un partido que hasta entonces no tenía pinta de volcán. la Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha anunciado que el gesto del azulgrana será trasladado al Comité de Competición para determinar, según explicó Javier Tebas, «si es sancionable». El central incendió aún más las cosas después con otra de sus clásicas reflexiones que no han sentado nada bien en el universo blanquiazul. Cuatro exjugadores de indudable sentimiento perico reflejan el malestar de un club con más de 117 años de historia.

Empezamos con Rafa Marañón, el segundo máximo goleador de la historia del club después de Tamudo. El mítico delantero destaca la calidad futbolística de Piqué antes de valorar sus gestos y palabras. «No puede jugar con los sentimientos de la gente. Él sabe perfectamente que somos de Barcelona, estuvimos 74 años en Sarriá, un barrio que debe conocer bien. Estamos hablando de un club ancestral, con solo un año menos de antigüedad que el Barça», comenta el antiguo goleador, de 69 años.

Marañón resta importancia a las palabras del central sobre la procedencia del Espanyol. «Estamos en Cornellá y a mucha honra. El problema es la forma de decirlo. Piqué solo quiere hacer daño». El excapitán considera que el comportamiento de la grada fue ejemplar hasta el gesto de Piqué. «Si algún día es presidente del Barcelona le recordarán todo esto. Se complica la vida, tú eres futbolista, ya tendrás tiempo de meterte a político».

El símbolo recuerda sus «guerrillas» con Migueli, Zuviría, Heredia y su mítico clavo... «Luego todos éramos amigos. En la selección me ayudaban más los del Barça que los del Madrid. Antes había menos distancia entre los jugadores, ahora hay más indiferencia», cuenta.

A Dani Solsona, otro de los míticos pericos, le resbalan las palabras de Piqué sobre Cornellá. «Yo he nacido y vivo aquí. Imagínate. Entiendo el cabreo por el tono de desprecio pero no me ofende». También se muestra más o menos comprensivo con la reacción después del gol. «Puedo comprenderla por los insultos que suele recibir, pero con esos dedos y esa expresión de hacerte callar viene a decir ‘sois todos unos cabrones’». Por donde no pasa es por la mofa minutos después de acabar el encuentro. «Lo de los chinos, Tabarnia y demás películas es horrible. Piqué es calculador, lo tenía pensado. Esperó su momento para soltarla. Es indefendible», apunta Solsona, de 66 años.

Otro perico de corazón como Jaume Sabaté se muestra contundente con Piqué. «Lo primero que haría sería coger un espejo y ponérselo delante para que viera su estúpido comportamiento y sus necias declaraciones para que reflexionara un poco», dice el exjugador y exentrenador blanquiazul. de 70 años y que apoya la actitud de la entidad: «El Espanyol defendió un sentimiento».

Más reciente fue la aportación de Toni Soldevilla, central que defendió la camiseta perica en 116 partidos de Liga entre 1996 y el 2005. El central considera que se le da más importancia a Piqué, que sufre molestias en una rodilla y es duda para Valencia, de la que merece. «Entiendo que esté molesto por los insultos a su mujer y sus hijos, me pongo en su piel, pero después se tiene que callar. Es innecesario seguir metiendo cizaña».