Las adversas condiciones meteorológicas impidieron a los componentes de la I Expedición al Kilimanajaro 2004 de discapacitados intelectuales hollar la cumbre de la montaña más alta de Africa con 5.895 metros, aunque la cima fue convalidada. Los responsables de esta expedición, la primera española que intentaba el asalto al Kilimanjaro, consideran que se ha cumplido uno de sus objetivos principales: demostrar que la discapacidad no debe ser una barrera en el camino diario de estas personas.

Tres monitores y un discapacitado intelectual (Fernando Berges) intentaron conseguir su objetivo de hollar la cumbre a pesar de las adversas condiciones meteorológicas, con tormentas de granizo y nieve, saliendo desde el refugio de Kibo, situado a 4.732 metros. En un principio fueron cinco monitores y dos personas con discapacidad los que alcanzaron el citado punto, aunque sólo tres de los monitores y Berges, de la Fundación José Luis Zazurca de Zaragoza, siguieron y lograron alcanzar los 5.200 metros.

No obstante, los guías premiaron y valoraron el esfuerzo, la valentía y la capacidad de superación de Fernando Berges, quien recibió un certificado que avalaba que había alcanzado la cumbre de 5.895 metros.

REGRESO EL VIERNES La expedición tiene previsto su regreso para el viernes al aeropuerto de Madrid-Barajas, donde está programada su llegada a las 12.00 horas, y ese mismo día los miembros de la expedición serán recibidos en el Ayuntamiento de Zaragoza, por las entidades de la Federación Aragonesa de Asociaciones de Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps Aragón) y por el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch.

Esta primera expedición nacional formada por personas con discapacidad intelectual ha sido organizada por Feaps Aragón y Aspanias Burgos, con cuatro aragoneses y dos burgaleses (Fernando Berges, Daniel Roche, Héctor Martínez, Pablo Marín, Sergio Pereda y Pilar Andrés). "Ha sido un éxito rotundo", comentó ayer José María López, presidente de Feaps Aragón.