El pabellón de La Granja estaba vacío. «Qué triste se veía, sin público en las gradas», dice Laura Boix, capitana del Sala Zaragoza. Tan triste para un momento tan alegre como es un ascenso, para vivir una victoria que abrió las puertas de la Primera División para que el Intersala Promesas pueda acompañar la temporada que viene al equipo que ya lleva en la máxima categoría femenina del fútbol sala español dos temporadas, el Sala Zaragoza. «Yo a la hora de jugar no noté la diferencia, estaba concentrada. Pero cuando estábamos en el banquillo, cuando nos cambiaban, entonces sí se notaba», confiesa Ana Sanz, capitana del Intersala y partícipe de ese 6-1 al CN Caldes.

La próxima temporada habrá dos equipos zaragozanos en la categoría de oro, dos equipos que han compartido muchos momentos. Las dos jugadoras ya se conocían; a pesar de que este año el Sala Zaragoza se cambia de pabellón, al Siglo XXI, la temporada pasada estos clubs entrenaban uno tras otro en La Granja. «Si nuestros horarios y vida personal nos lo permitían íbamos a verlas jugar los fines de semana», dice Ana Sanz. «Sí, los sábados y domingos íbamos partido tras partido, los pasábamos en el pabellón», coincide Laura Boix.

Ahora, compartirán categoría y Zaragoza podrá vivir otro derbi: «Si ya era emocionante en Segunda, ahora va a serlo mucho más, lo nunca visto en Aragón», afirma la jugadora del Sala Zaragoza. Sobre este partido también opinó la capitana del Intersala Promesas: «Queremos que sea competitivo y bonito. Entre nuestros equipos hubo tiempos oscuros, pero espero que eso se quede atrás y que disfrutemos». Disfrutar de una experiencia que va a ser «muy difícil, pero también muy bonita», le advierte Laura Boix.

El Sala Zaragoza ya tiene experiencia en la categoría. La temporada 2018-19, recién ascendidas, lograron la permanencia, aunque la capitana admite que «el primer año costó, es el más difícil y se decidió en el último partido. Esta temporada hemos ido mejor y para la próxima tenemos más ganas y más ilusión, porque llevamos mucho tiempo paradas y tenemos un buen equipo». «A mÍ me sorprendió que se quedasen en primera, porque se sabe que la primera temporada es muy difícil conseguir la permanencia», dice Ana, que ya es consciente de lo que le espera a su equipo este curso. «Pero se reforzaron y en La Granja se hicieron fuertes, creo que este año van hacia arriba», añade.

Para las novatas, Laura tiene algunos consejos: «tanto la calidad como el nivel competitivo es mayor. Se necesita mucho físico y mucho compromiso por parte de la plantilla». Ambos equipos ya están manos a la obra y no han dejado de entrenar ni en la cuarentena, aunque las jugadoras coinciden en que prepararse desde casa fue «duro psicológicamente» y se ríen al recordar los viajes infructuosos al Decathlon, ya que las estanterías estaban vacías. Todo el mundo entrenaba en casa.

La celebración

A pesar de tanta preparación, el Sala Zaragoza no volvió a competir tras el confinamiento. Sí lo hizo el Intersala, que tuvo que jugar la final contra el CN Caldes. Además de hablar de entrenamientos y sacrificio, las jugadoras también compararon la celebración el día del ascenso. «Lo hemos celebrado como se ha podido. Nos habría encantado llenar el pabellón y liarla por Zaragoza, tenemos jugadoras que la liarían mucho», se ríe Ana Sanz. Laura Boix tiene «el partido del ascenso grabado. Estaba toda la grada de pie, se decidió en los últimos segundos y cuando el árbitro pitó todo el público bajó al campo a abrazarnos. Jugar a puerta cerrada es muy triste». Circunstancias diferentes, pero con un mismo resultado. Ana Sanz cuenta cómo afrontan este nuevo reto: «Lo vivimos con ilusión, con muchas ganas y como un premio. No nos da miedo. Nos lo hemos ganado y queremos luchar y demostrar lo que podemos hacer», concluye la capitana.