Kike García vive una explosión tardía a sus 24 años --Motilla (Cuenca), 25-11-89--, que le ha colocado como tercer máximo goleador de Segunda, con 21 dianas, solo superado por Viguera y Scepovic, para que muchos clubs de Primera, y alguno de la Premier, tengan apuntado su nombre para este verano. "Es el Diego Costa de la Segunda", dijo de él Bordalás, técnico del Alcorcón, recientemente. Lo que está claro es que es la clave de este Murcia.

Esa elogio de Bordalás, algo desmesurado, se sustenta en la capacidad de brega y de asociación del punta, pero también en su virtud para aprovechar el juego directo de su equipo, que sabe que arriba tiene un punta, quizá no demasiado hábil, pero que puede convertir en ocasión cualquier envío en largo.

Se trata de un rematador nato, ya que es el que más disparos a puerta promedia por partido en Segunda. Kike García es un jugador que llegó en 2007 al Murcia juvenil de la mano de Juan Benito, actual formador de la escuela grana y exdelegado del primer equipo, y que ha mejorado con el paso de los años tras muchas horas de trabajo específico en el remate a portería y que sabe buscarse ya muy bien la vida en ataque, generando peligro con su sola presencia y sus caídas a las bandas. En sus inicios disputó el Mundial sub-20 y la Eurocopa sub-21, pero su carrera se estancó, sobre todo con la grave lesión de tobillo sufrida en la 2011-2012, que le dejó casi en blanco en esa temporada.

Pero ahora está en su mejor momento y su continuidad en el Murcia, donde tiene contrato hasta 2016, solo pasa por un ascenso. Quiere jugar en Primera y si no suben se marchará, dejando dinero en las arcas de un club aún pendiente del concurso de acreedores. En enero, el Murcia rechazó un millón de euros por él y ahora Sevilla, Elche, Levante o Almería lo tienen en su agenda. Esos 21 goles, además de ocho asistencias, lo justifican.