Con solo 18 años dio el salto Leonardo Acevedo Ruiz al fútbol europeo, en el 2014, para llegar al Oporto, a su filial, con la vista puesta en triunfar en el Viejo Continente, lo que han logrado otros compatriotas suyos, también arietes y alguno de zaragocista, como Luis Suárez el curso pasado, o ahora la progresión que está llevando Juanjo Narváez. La explosión de Ruiz sin embargo está siendo más al ralentí, a fuego lento, y en el Logroñés, al que llegó cedido por el Sporting de Portugal en el verano pasado como el jugador con más currículum en el proyecto tras el ascenso, ha vivido altibajos, con un gran comienzo y una caída de rendimiento en los últimos meses en paralelo a la que vive el equipo.

“Para todo jugador colombiano llegar a Europa significa lo máximo y he tenido pasos positivos. No sé si me está costando más o no, yo estuve siempre bien, en Oporto, en el Sporting y después los préstamos son para crecer, con los minutos que te ganes. Me estoy afianzando y me veo un jugador más maduro, voy en el camino que quiero seguir”, dice el futbolista nacido en Medellín (18-4-96) y que cuando llegó al filial de los 'dragones' ya despuntó en la Youth League. Allí, en Porto, coincidió con el atlético Joao Félix e hizo dupla en ataque con el exmilanista y ahora en el Eintracht André Silva y su nombre estuvo en las mejores agendas de Europa. El Sporting se lo llevó para su filial en el 2016 y un año después comenzó un periplo de cesiones. Primero en el Boavista, en la élite portuguesa, sin fortuna, después en el Zorya Lugansk ucraniano, también sin despuntar, y más tarde en el Varzim, en la Segunda lusa, donde ya se acreditó como goleador, con 11 goles en Liga y otros tres en Copa en 23 partidos.

Este verano, el Logroñés le abrió la puerta para demostrar sus condiciones en España, su capacidad en el remate, su principal cualidad, aunque él se define como “un jugador al que le gusta asociarse y entrar en contacto con el balón, por eso me gusta mucho Harry Kane, que como finalizador es increíble, pero que también sabe jugar y crear espacios”. En Logroño comenzó como fijo, con 10 partidos de titular en las 12 primeras jornadas y con cuatro goles, dos al Oviedo, uno al Alcorcón y otro al Sabadell, que le hicieron ser el Mejor Jugador de Noviembre para LaLiga, cuando el Logroñés estaba en pleno auge, con seis victorias consecutivas, pero el reloj del cuadro riojano se paró y desde el 15 de noviembre el del delantero cafetero, también. Desde entonces no ha visto puerta, provocando hasta la reacción irónica en los últimos días del presidente, Félix Revuelta, con la falta de tino del ariete tirando al poste.

La llegada de Nano Mesa le ha robado minutos y no es titular para Sergio Rodríguez desde el 21 de febrero, en los últimos cuatro partidos, donde ha sido un revulsivo desde el banquillo. Previsiblemente, mantenga ese rol este sábado. “Creo que este año he dado un salto en mi crecimiento. La Segunda es un torneo duro, muy difícil y me implica exigirme al máximo, trabajar muy fuerte para intentar consolidarme”, asegura, analizando un curso en el que suma 25 partidos en Liga y uno más en Copa.

No le da importancia a su sequía goleadora, ya que “los delanteros pasamos por rachas, a veces entran todas y otras cuesta más”, resume, pero no baja los brazos. “No le doy vueltas a mi situación y quiero pelear, mi única idea es ayudar lo máximo posible al equipo. Yo tengo un carácter fuerte para levantarme y es lo que el equipo necesita, jugadores con personalidad. El trabajo y el esfuerzo nunca se negocian y si cumples esa máxima los resultados llegan con total naturalidad”, indica.

Seguir en España, la meta

Lo necesita él para su objetivo de seguir en España, al menos en Segunda, porque “esta es una Liga muy competitiva y para mí es un privilegio jugar aquí”, teniendo en cuenta que le resta solo un año de contrato en el Sporting, y lo necesita el Logroñés, en una dinámica terrible de 10 jornadas sin ganar y solo 4 puntos de 30: “Es difícil explicar lo que nos ha pasado. La dinámica negativa influye, el toque de suerte que teníamos antes ahora ya no está y se nos han escapado puntos como en Albacete, pero estamos enfocados en el presente y en lo que viene. Y no estamos en descenso. Los de abajo darían todo por cambiarse por nosotros”, asevera, convencido de la permanencia del Logroñés y antes del partido ante el Zaragoza, “un buen equipo y un rival directo, por eso es una final para los dos”.

Destaca a su compatriota, a Narváez, “un buen punta, muy técnico, le está yendo bien, ha aportado goles y cosas muy positivas. Tenemos que neutralizarlo” y se acuerda de Luis Suárez, ahora en el Granada. “Es un orgullo ver que les haya ido tan bien, es algo muy positivo para nuestro país. Esos ejemplos u otros como el del Cucho te llevan a querer seguir ese camino, a continuar luchando para afianzarme en esta Liga”. Ese es su objetivo. Aunque llegue con una explosión al ralentí.