María José Pueyo no pudo reprimir las lágrimas cuando se enteró del suceso. Tras finalizar la carrera en la segunda posición le comunicaron que Juan Murillo, uno de los corredores que entrenaba en su grupo, había fallecido tras sufrir una parada cardiaca.

La olímpica ha disputado muchas carreras importantes a lo largo de su vida. Compitió en los Juegos de Pekín y disputó muchos maratones, llegando a ser campeona de España de la distancia en dos ocasiones. Pero siempre recordará con tristeza el 12 de marzo del 2017. «No me he enterado de la noticia hasta que no he cruzado la meta. Si lo llego a saber compitiendo, es seguro que me retiro», explicó la corredora veterana del Bikila.

Juan Murillo llevaba ya diez años corriendo y los tres últimos en el grupo de entrenamiento de María José Pueyo. Su estampa espigada, con gafas y el pelo canoso, era muy popular entre los aficionados zaragozanos a las pruebas de largo aliento. «Se tomaba las carreras para divertirse. Estaba siempre alegre en el grupo y ayudaba a sus compañeros. Llevaba corridos un montón de maratones como diversión. Pero sin excesos. Pasaba las pruebas de esfuerzo y sabía lo que entrenaba», explicó apesadumbrada Pueyo tras recibir el premio como segunda clasificada en la plaza del Pilar, una prueba que se llevó la madrileña María Ruiz y en la que fue tercera la veterana atleta zaragozana Beatriz Martínez.

La carrera comenzó sin ninguna novedad a las nueve de la mañana. La salida era en el paseo Echegaray y Caballero en una mañana ventosa y soleada. Un total de 3.000 corredores estaban dispuestos a disputar 21 kilómetros sobre el asfalto. Juan Murillo decidió salir junto a su compañero de entrenamiento Carlos Martín. Su objetivo era ir a un ritmo de 5.30 cada mil para acabar en un tiempo de 1.50.

EL INICIO / Pasó el primer mil por el Puente de Santiago y continuó por el paseo de la Ribera hasta llegar al Puente de Hierro en dirección al paseo de Echegaray. Fue entonces cuando Juan Murillo se desplomó. El corredor veterano sufrió un paro cardiaco cuando tan solo llevaba un cuarto de hora compitiendo. Todavía no había roto a sudar. Gran parte de los 22 atletas del grupo de María José Pueyo se pararon para interesarse por la situación de su amigo.

Una médica que coincidió con Murillo compitiendo fue la primera en atenderle. Después llegó la ambulancia de la Cruz Roja y posteriormente una UVI Móvil. El revuelo fue enorme y muchos corredores que ya realizaban la segunda vuelta se quedaron impresionados ante una escena que no invitaba al optimismo. Se intentó reanimarlo durante 40 minutos. Pero nada se pudo hacer por este entusiasta atleta popular zaragozano.

Cada vez son más frecuentes los fallecimientos en las carreras populares, puesto que cada vez más aficionados practican esta modalidad atlética. Es la tercera muerte en poco más de un año en carreras aragonesas. El año pasado falleció Daniel de la Tova en la Carrera del Ebro y otro popular corrió la misma suerte en una prueba solidaria en Sariñena.

Juan Murillo era un apasionado de las carreras populares. Junto a su amigo Juan Carlos Sánchez Garnica ya había disputado los maratones de Nueva York, Berlín y Barcelona. Tenía una marca de 3.46 y el último maratón que disputó fue el de Zaragoza el año pasado.

El corredor tenía dos hijos y era una persona muy conocida y querida en la sociedad zaragozana. Fue presidente durante ocho años de la Junta de Cofradías de Zaragoza, que recibió por parte de este diario el premio Aragonés del Año en la categoría de Cultura en el 2014.

Era jesuita hasta la médula. Estudió en el colegio de El Salvador desde que era un niño, formó parte de la Cofradía del Descendimiento y Lágrimas de Nuestra Señora, donde empezó con una vela antes de tocar el timbal, instrumento del que acabó siendo encargado de sección.

El paso siguiente fue el de la secretaría y luego llegó al decanato. A los ocho años, al cesar en el cargo, fue nombrado presidente de la Junta Coordinadora. En los últimos años, Murillo era uno de los encargados de llevar el paso de la Virgen de las Lágrimas.

MINUTO DE SILENCIO / Algunos hermanos de la cofradía, que estaba a punto de comenzar sus ensayos en el patio del colegio de El Salvador a las once de la mañana, recibieron la impresionante noticia. Tras acabar la sesión, el Hermano Mayor de la cofradía, Tito Albareda, dio la noticia a los hermanos. Se guardó un profundo minuto de silencio, que finalizó con una oración en su memoria. Juan Murillo era el director de Health and Safety y médico desde hace muchos años de la empresa Mann Filter. Esta tarde desde las 19.00 horas estará instalado en el complejo funerario del cementerio de Torrero el tanatorio de Juan Murillo. El entierro de este entrañable atleta se llevará a cabo mañana martes a las 13.00 horas.