El Casademont Zaragoza acaba de conseguir un ingreso no esperado de 225.000 euros. Es el dinero correspondiente a la cláusula de rescisión de Jaime Pradilla, paso necesario para que el zaragozano rompiera su vinculación con el club aragonés y pudiera firmar con el Valencia Basket. Algo que se ha convertido ya en habitual, puesto que el club aragonés acumula ahora cuatro años consecutivos ingresando dinero por jugadores de la cantera. Y son los ingresos por este motivo más altos de su historia, solo superados por los traspasos de jugadores a franquicias de la NBA. El total de traspasos y cláusulas desde el 2012 asciende a 2.351.000 euros,

Este verano ha sido Jaime Pradilla el que ha volado y ha dejado esos ingresos. El año pasado fue Carlos Alocén quien utilizó el mismo método, pagar su cláusula de rescisión, para romper su vinculación con Zaragoza y firmar con el Real Madrid. En ese caso fueron 150.000 euros y el jugador, a petición propia, continuó cedido una temporada en el Casademont. Ahora ya le ha reclamado el club que posee sus derechos. Un año antes fue Jaime Fernández quien abandonó el club, sin ni siquiera haber llegado al primer equipo. El FC Barcelona quiso llevarse al propio Alocén, a Vit Krejci y a Jaime Fernández y, finalmente, se hizo con los servicios del interior abonando igualmente la cantidad pactada para su salida: 150.000 euros.

En el 2017 quien se marchó a mitad de temporada fue Sergi García. Entonces, también el Valencia, abonó los 350.000 euros que costaba liberar su contrato con el Basket Zaragoza. De esta forma, en los últimos cuatro años el Casademont ha ingresado 875.000 euros por la salida de cuatro jugadores, cuatro canteranos. Al margen de las consideraciones deportivas e, incluso, sentimentales, se trata de una cantidad considerable en un mercado, el del baloncesto, que poco tiene que ver con el millonario del fútbol y en el que rara vez se pagan traspasos.

CASOS PARTICULARES / A costa de perder patrimonio deportivo, el club aragonés recupera así una manera extraordinaria de hacer caja que se ha convertido en habitual en los últimos años, aunque con cantidades mucho menores que las actuales. En realidad, el mayor ingreso por el traspaso de un jugador que ha percibido el Basket Zaragoza en toda su historia fueron los 350.000 euros que pagó el Valencia por Sergi García en el 2017. Después estaría el traspaso de Giannis Antetokounmpo a los Bucks en el 2013, una operación por la que la franquicia estadounidense pagó un millón de euros que el club consignó como un ingreso neto de 301.000 euros repartidos en dos ejercicios debido a las fechas de la operación. El traspaso de Damjan Rudez a los Pacers en el 2014 le sigue en el escalafón con 300.000 euros.

Entre esos ingresos hay dos casos particulares en los que los jugadores ni siquiera llegaron a vestir la camiseta roja del equipo aragonés. Vladimir Veremeenko firmó en el verano del 2014 pero antes de comenzar la temporada el Banvit turco pagó los 100.000 euros de su cláusula. Algo parecido pasó con Giannoulis Larentzakis, aunque en este caso su salida costaba solo 25.000 euros.

Hubo otros dos jugadores que dejaron dinero en el club cuando ya no pertenecían al Basket Zaragoza. Fueron los casos de Carlos Cabezas y de Golubovic, por los que el club recibió 30.000 euros por cabeza al renunciar a los derechos que le pertenecían tras haberlos inscrito en el tanteo cuando firmaron por el Baskonia y el Unicaja, respectivamente.

Otra curiosidad es la cantidad de jugdores que ha fichado el Valencia Basket pagando por ellos. Con Jaime Pradilla (225.000) ya son cinco después de los casos de Aguilar (150.000), Van Rossom (100.000), Sastre (190.000) y Sergi García (350.000). El Real Madrid ha pagado en dos ocasiones, 100.000 euros por el brasileño Hettsheimeir en el 2012 y los 150.000 del verano pasado por Carlos Alocén. Un mínimo consuelo económico ante una pérdida deportiva inevitable.