Tal y como estaba más o menos previsto, al menos en el apartado de coches, el Rally Dakar-2019, celebrado durante diez etapas en los desiertos de Perú, se resolvió a favor del piloto catarí Nasser Al-Attiyah y su poderosísimo Toyota y el piloto australiano Toby Price, que permitió a la no menos poderosa fábrica austriaca KTM celebrar su victoria número 18 en el mítico rally maratoniano. Al-Attiyah se proclamó campeón del Dakar por tercera vez en su carrera (2011, 2015 y 2019), por delante del catalán Joan Nani Roma y Àlex Haro (Mini) y del francés Sébastien Loeb, que terminaron en segundo y tercer lugar, respectivamente.

Al-Attiyah dio así el primer Dakar para la marca japonesa Toyota, que compite en el rally desde hace ocho años. Un triunfo que el catarí aseguró en la última y décima etapa, cuyo ganador fue el español Carlos Sainz (Mini), quien ganó su primera etapa de esta edición del rally tras haber atravesado muchos problemas en carrera. «Los tiene bien puestos», dijo ayer su hijo, Carlos, piloto español de Fórmula 1.

Al-Attiyah hizo un rally redondo en el que lideró la carrera de principio a fin, a excepción del segundo día, y en el que completó los más de 5.000 kilómetros de recorrido de este Dakar sin ningún percance serio, al contrario que sus rivales, que fueron eliminándose por el camino.

Price (KTM), por su parte, ganó ayer su segundo rally Dakar en motos (2016 y 2019) al quedar por delante del austríaco Matthias Walkner (KTM) y el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), con el que mantuvo un duelo por la victoria final hasta la última etapa.

Price volvió a imponerse en el rally más duro del mundo, como ya hizo en el 2016, a pesar de que llegó a la carrera con mucho dolor en la muñeca derecha, a causa de una lesión que se produjo un mes antes de comenzar el Dakar que le obligó a pasar por el quirófano.

Quintanilla no pudo recuperar el minuto de diferencia que le separaba de Price antes de esta última etapa, en la que sufrió una caída al emplearse a fondo para intentar adelantar al australiano, lo que terminó por relegarle a la tercera posición, a más de 20 minutos del campeón australiano.

Hay que destacar el espectacular papel de los catalanes Oriol Mena (Hero), que finalizó en novena posición en motos, y, cómo no, Laia Sanz (KTM), que, sin apenas entrenamiento y tras tres meses enferma, terminó su noveno Dakar de manera consecutiva y lo hizo en la undécima plaza, lo que supone su segunda mejor actuación en el rally más duro del mundo tras la novena posición que logró en el año 2015.

Sanz acabó a un paso de meterse entre los diez primeros a pesar de que a este Dakar llegó casi sin haber entrenado en los últimos meses por culpa de una infección vírica que le obligó plantearse su participación a pocas semanas del inicio. Por último, en la nueva categoría de coches ligeros, el español Gerard Farrés consiguió el segundo puesto.