El exfutbolista del Real Zaragoza Manuel Peña Escontrela falleció ayer a los 46 años a consecuencia de un cáncer. Además de la elástica blanquilla, el jugador estuvo en las filas de Valladolid, Cádiz, Talavera y Ponferradina, club en el que se retiró en el año 2000. "Como compañero era excepcional, una persona muy noble dentro y fuera del campo. No era la voz cantante en el vestuario pero tenía un humor muy majete. Era un compañero fenomenal y apreciado por todos", recuerda Andoni Cedrún, que coincidió con Peña durante las tres temporadas que el delantero estuvo en la disciplina zaragocista. El club expresó ayer, a través de su página web, el duelo por la pérdida.

Nacido en Lugo en 1965, Peña jugó en el Valladolid durante siete temporadas --desde la 83-84 a la 89-90--. Fue entonces cuando fue traspasado al Real Zaragoza, donde estuvo tres campañas. "Con nosotros tuvo muy mala suerte por la lesión --sufrió una triada en una lance con Mino, central del Sporting, Madrid y Espanyol entre otros--, y frenó su progresión", indica Cedrún. No pudo cumplir las expectativas para las que fue reclutado en el Real Zaragoza. "Se le fichó para ser un puntal importante. Era un extremo rápido, no metió muchos goles pero tenía una potencia, fuerza y resistencia tremendas", explica Cedrún. Peña fue internacional en las categorías inferiores.

EMBRIÓN DE LA RECOPA Manolo Peña llegó a la capital del Ebro sin saber que sería uno de los responsables de una época dorada. "Coincidió en lo que fue el embrión de la Recopa. Estuvo en los momentos difíciles, como la promoción de descenso contra el Murcia. Vivió aquí el difícil comienzo que dio lugar a todo lo posterior. Colaboró a que fuera posible pero, sin embargo, no pudo disfrutar de la gloria", defiende Cedrún. En la temporada 93-94 Peña abandonó el Real Zaragoza con destino al Cádiz, poniendo punto y final a su etapa como zaragocista justo antes de la gloria que él había contribuido a crear. "Esas tres temporadas que estuvo fueron la clave de lo que se vivió después. Sobre todo la de la salvación. Momentos difíciles que él ayudó a superar, porque era jugador de vestuario y aportaba la cordura necesaria en momentos de nerviosismo", concluye el excancerbero zaragocista. Después, Peña probó suerte en el Cádiz.