El año comenzó con un globo sonda o con una falsa alarma. Los medios de comunicación publicaron que el Gobierno estudiaba, a petición de los cazadores, dar prioridad a las actividades cinegéticas en los montes públicos frente a otras formas de ocio como el senderismo o la búsqueda de setas. La noticia explicaba que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente quería introducir en la futura Ley de Montes la prohibición de acceso al bosque en las zonas y los días en las que se organizaran monterías o batidas. El objetivo de los cazadores era "garantizar la seguridad de todos los usuarios". La prohibición de acceso se recogería no en el texto de la ley, que se aprobaría en verano, sino en un reglamento posterior.

Pocos días más tarde reaccionaba la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDM) en un comunicado publicado el 17 de enero. "Se ha producido cierta alarma ante la posibilidad de que se introdujera en la futura Ley de Montes la prohibición de transitar por las zonas en que se realizan monterías o batidas de caza mayor". En la nota afirmaba que la reforma podría incluso "no ser constitucional", puesto que el artículo 45 recoge el derecho a disfrutar del medio ambiente. Concluía el texto de la FEDME explicando que "emprenderemos las acciones que consideremos oportunas para evitar cualquier perjucio", apuntaba.

La posible reacción

Luis Masgrau, presidente de la territorial, explica que a los pocos días de publicarse la noticia, el Ministerio desmintió esta posible reforma. "A veces los políticos lanzan estos globos sonda y hay rumores interesados para ver cómo respira el personal. No sé si hay una intencionalidad política", indica Masgrau, que añade que es necesario llegar a un acuerdo entre las partes. "Estamos expectantes. Sabemos que los cazadores son muchos, pero entendemos que ambas actividades tienen que ser compatibles. La gente sabe que con el diálogo se consigue más que con las peleas", explica.

Ramón Tejedor, presidente de Montañeros de Aragón, lleva muchos años practicando senderismo en los cinco continentes. Nunca había visto que se restringiera la actividades de senderismo por la práctica de caza mayor. "Al parecer quedó todo en falsa alarma. Era una noticia que me parecía fuera de lugar. Cuando se hacen batidas en determinadas zonas, se avisa y se señaliza ese día y a esas horas el sitio en concreto. Pero la norma que se pretendía aprobar quería restringir un sitio determinado y una época en concreto. ¿No se podría andar por el Pirineo desde que se abre la veda de la caza del sarrio?", explica Tejedor.

El presidente de Montañeros de Aragón sabe por experiencia que el colectivo de cazadores tiene mucha fuerza en España. "Es una de las federaciones con más fichas de toda España. El colectivo de cazadores es enorme y en el mundo rural casi todo el mundo caza y tiene una escopeta. Mueven mucho dinero y es gente de mucha alcurnia. Por ejemplo, el Rey cazó elefantes. Se dice que se hacen muchos negocios cazando y en los palcos de los campos de fútbol", apunta Tejedor.

El directivo ha vivido en sus propias carnes la difícil convivencia entre los cazadores y otros deportes. "Hacía BTT por Peñaflor y coincidí con una batida de jabalíes. Los cazadores pusieron una señal de cuidado. Pero oyes disparos y te echas a temblar. Una bala para matar a un jabalí desde que sale hasta que impacta en el animal recorre mil metros. No se trata tanto de prohibir como de recomendar. ¿Pero quién tiene la prioridad de ir por el monte?", afirma Tejedor.

José María Gallego lleva toda la vida haciendo senderismo. Es el presidente de Os Andarines d'Aragón. "Si sale adelante esta normativa lo vería fatal. Es frecuente ir andando y oír tiros por todos los lados. Eso no es de ahora, sino de hace años. Siempre vas con un poco de miedo porque te encuentras a los cazadores en todos los sitios", afirma Gallego.