Los padres de Gerard Piqué y su hermano menor no se perdieron ni un paso del jugador ayer por Zaragoza. Le acompañaron a todas partes, y en la presentación estuvieron a su lado en la sala de prensa y en el campo, lo más cerca posible, disfrutando de la felicidad de su hijo y de la suya propia por tenerle ahora más próximo que cuando estaba en Manchester. "Le íbamos a ver una vez al mes, y la verdad es que se ha hecho muy duro durante estos dos años. Ahora estamos otra vez juntos y contentos, porque a Zaragoza, lógicamente, podremos venir con más asiduidad", dice Joan, el padre del defensa, que contempla la sesión fotográfica de los profesionales y también la de su mujer, Montse, que no ha dejado de grabar al chico en su pequeña cámara digital.

Orgulloso

Con cara de orgullo y soñando quizás en que un día no muy lejano él se encuentre en una situación similar, con la afición reclamándole autógrafos, un rubio con cara de espabilado no se pierde ni un detalle. Es Marc, el hermano pequeño de Gerard. "Sí, también juega al fútbol, pero aún lo hace en el colegio", explica Joan, mientras su esposa aclara que el abuelo materno, de apellido Bernabéu, no fue jugador del Bar§a, sino directivo del club azulgrana.

Gerard no para en el césped. Se quita la camiseta y se escuchan suspiros femeninos en la grada. Luce un cuerpo de galán de culebrón mexicano. Montse no para de disparar con su cámara. "Es una persona inteligente y que ha madurado pronto. El hecho de irte con 17 años a otro país y dejar tu familia acelera tu proceso de crecimiento como persona", dice su padre.

Como jugador, Joan ve a Gerard "con muchas posibilidades. Si es inteligente puede llegar muy lejos porque además de fuerte tiene una gran técnica. Es central, pero puede jugar en otras posiciones y hacerlo perfectamente".

Arturo Canales, el asesor del futbolista, está al lado de la familia, que es feliz con Gerard junto a ellos. Por el momento, este año le vendrán a ver a La Romareda, y al Camp Nou, y a Montjuïc, y al Nou Estadi de Tarragona...