«La derrota forma parte de este deporte y hay que aceptarlo así, por eso hay que disfrutar de cada momento». Era el consejo que David Ferrer dio a los jóvenes tenistas ayer después de superar la primera ronda del Barcelona Open Banc Sabadell, el penúltimo torneo que el jugador alicantino disputará tras tomar la decisión de retirarse esta temporada del circuito de la ATP.

Ferrer sabe de lo que habla después de casi 20 años como profesional. Desde que debutó en el 2000 ha jugado hasta el momento 1.106 partidos y 375 han sido derrotas. Ahora, a los 37 años, le quedan los últimos coletazos de una carrera esplendorosa en la que ha llegado a ser el número 3 mundial y ha ganado 27 títulos.

Barcelona es la penúltima estación en su anunciada despedida. «Deseo irme del torneo lo más tarde posible y luchando por el último punto como siempre», explicó tras deshacerse de Misha Zverev en 65 minutos y cediendo solo tres juegos (6-3, 6-1). Conseguido el objetivo hoy volverá a entrar en la central para enfrentarse al francés Lucas Pouille e intentar alargar un día más la despedida de un torneo en el que debutó en el 2003 y donde ha jugado cuatro finales (2008, 2009, 2011 y 2012), todas perdidas ante Rafael Nadal. Ello no le impide mostrar su admiración por el mallorquín. «Nadal es único en la historia. Él me ha hecho mejor. Ha hecho que evolucionara como tenista y llegar al tres del mundo», destacó. Rafa debutará hoy en el tercer turno de la pista central, frente al argentino Leonardo Mayer, al que ha derrotado en sus cinco duelos anteriores.

Alexander Zverev, el número 3 mundial y hermano menor del tenista alemán eliminado por Ferrer, cayó derrotado en su debut en el torneo barcelonés por el chileno Nicolás Jarry por un marcador de 3-6, 7-5 y 7-6 (7-5). Una eliminación inesperada de un tenista que había solicitado una invitación a última hora tras perder en Montecarlo pero que no aprovechó sobre la pista. El tenista alemán se vio sorprendido por un rival que había entrado en el cuadro grande del torneo como lucky looser tras ser eliminado en la fase previa por Marcel Granollers. El chileno protagonizó una remontada espectacular y salvó un 5-4 en contra, con saque de Zverev, que habría dado la victoria al alemán.