Juan Carlos Ferrero sigue haciendo historia. Renqueante, arrastrando dolencias en la espalda, el codo y las piernas, el tenista valenciano se deshizo ayer del marroquí Hicham Arazi por 6-1, 7-6 (8-6) y 7-6 (7-5) y accedió por primera vez a las semifinales del Abierto de Australia, en las que se enfrentará al suizo Roger Federer, que a su vez descabalgó del torneo al argentino David Nalbandian en cuatro sets: 7-5, 6-4, 5-7 y 6-3.

El valenciano se convierte así en el jugador español que más semifinales de un Grand Slam ha disputado (seis), y en caso de ganar mañana añadiría su nombre al de los otros tres finalistas españoles en Melbourne: Juan Gisbert (1968), Andrés Gimeno (1969) y Carlos Moyá (1997). Ninguno de ellos, sin embargo, logró el único título que se resiste al tenis español.

Ferrero y Federer, además del pase a la final del torneo, se juegan el liderato mundial. Tras su derrota del pasado martes, el estadounidense Andy Roddick aparecerá el próximo lunes como tercero en la clasificación mundial de la ATP. Al suizo le basta con ganar al español para convertirse en el nuevo número uno, mientras que Ferrero necesita ganar el torneo --el otro puesto de finalista se lo disputarán el estadounidense Agassi y el ruso Safin-- para recuperar el liderato mundial que ya ostentó el año pasado durante ocho semanas, justo después del Abierto de EEUU.

RESISTENCIA ESTOICA Lesionado en el abductor izquierdo en su partido del lunes contra el rumano Pavel, Ferrero jugó el partido de ayer con ambos muslos vendados por precaución y, pese al dolor, derrotó a Arazi en dos horas y 36 minutos. "Terminé un poco al límite. Creo que las fuerzas se me están acabando, pero en semifinales saldré a la pista muy motivado", admitió el valenciano. La determinación, confianza y experiencia acumulada en las citas importantes hicieron que Ferrero salvara tres puntos de set en el desempate de la segunda manga y otro más en el noveno juego del tercer set.

BUEN SERVICIO La consistencia de su servicio también jugó un papel importante, ya que consiguió 18 saques directos, que complementó con la gran eficacia de su golpe de derecha. El español sólo ha perdido su servicio nueve veces en cinco partidos y acumula ya 66 aces.

Nada más apartar de su camino a Arazi --que había eliminado anteriormente a Costa y Philippoussis--, Ferrero ya comenzó a pensar en su difícil duelo contra Federer, actual campeón de Wimbledon y del Masters, y con el que el español mantiene un equilibrio de tres victorias y tres derrotas en sus seis enfrentamientos anteriores.

"Federer juega muy rápido, sobre todo cuando hace saque-volea, y con la derecha también pega mucho y te deja poco espacio", resumió Ferrero, que confesó que prefería a Nalbandian como rival porque "es más parecido a mí", antes de conocer con quién se verá las caras en las semifinales.

La otra buena noticia española del día fue la clasificación de Virgina Ruano, junto con la argentina Paola Suárez, para la final femenina de dobles, la octava consecutiva de la pareja en torneos de Grand Slam. Ruano y Suárez se deshicieron de la rusa Liezel Huber y de la japonsa Ai Sugiyama por 6-4 y 7-6 (7-5).