No fue tan fácil como se esperaba. España tuvo que sufrir, y mucho, para acabar ganando el partido decisivo que le daba acceso a las semifinales de la Copa Davis donde ahora espera, en campo español, Francia, que eliminó a Suiza. Y le tocó a Juan Carlos Ferrero ganar ayer ese punto decisivo ante Holanda (4-1), aunque para conseguirlo tuvo que sufrir y mucho. Más de cuatro horas necesitó el valenciano para deshacerse de un Verkerk que le forzó hasta el quinto set antes de inclinarse por 6-4, 6-7 (5-7), 4-6, 7-5 y 6-1. El número 1 español logró el punto que por la mañana se les había escapado a Tommy Robredo y Rafael Nadal en el partido de dobles que el día anterior fue suspendido por la lluvia con ventaja de dos sets a uno a su favor. La pareja española no logró mantener el nivel de juego demostrado el sábado y entregó finalmente el partido por 3-6, 2-6, 6-3, 6-2 y 6-2.

Ayer Ferrero volvió a sentir la alegría de un gran triunfo en la Copa Davis. Una sensación similar a la que tuvo cuatro años atrás cuando se apuntó el punto definitivo de la final ante Australia. En el Coliseo Balear no estaba el título en juego, pero Ferrero evitó la agonía de jugarse el pase a las semifinales en un último partido entre Carlos Moyá y Sjeng Schalken (el mallorquín ganó luego con comodidad por 6-3 y 6-4) y le permitió olvidar el mal recuerdo de sus últimas derrotas en Davis ante el argentino Agustín Calleri y los australianos Lleyton Hewitt y Mark Philippoussis.

Ferrero sufrió y ganó. Fue su mejor victoria desde que ganó Roland Garros en el 2003 y la consiguió precisamente ante el mismo rival que había tenido en París. Pero si 10 meses atrás Verkerk sólo le pudo ganar seis juegos (6-1, 6-3, 6-2), ayer el holandés le obligó a jugar un partido maratoniano, en el que llegó a estar contra las cuerdas.

DOBLE DE MORAL Si el primer día Ferrero apenas tuvo que esforzarse para ganar a Raemon Sluiter, ayer pasó un auténtico calvario, cuando, después de apuntarse el primer set, se vio superado por un rival que, no sólo aguantó su salida impetuosa, sino que respondió con la moral que suponía haber ganado una hora antes en el dobles. Verkerk y Van Lottum aprovecharon la candidez de sus rivales para dar la vuelta a la tortilla y aguar la fiesta. Los españoles demostraron ayer estar aún verdes para afrontar partidos complicados y pagaron su inexperiencia. Los holandeses supieron encontrar el punto flaco de un doble que funciona bien con el viento a favor, pero que en los momentos complicados no tiene un líder claro. Ayer tras ceder Nadal el primer break (1-2) se derrumbaron sin que nadie desde el banquillo encontrara algunas soluciones para ayudarles.

Verkerk debió pensar que su racha podría continuar contra Ferrero, después de ganar el tie break de la segunda manga (7-5) y adelantarse en la tercera por 6-4. El holandés estaba lanzado y había contrarrestado el juego de Ferrero. El español no encontraba el agujero para tumbar a ese gigante de 1,95 metros que tenía al otro lado de la red. A punto estuvo Verkerk de conseguir su propósito. Pero en el momento de la verdad al holandés se le encogió el brazo. Después de haber mantenido la lucha, en el momento decisivo cedió su servicio y el cuarto set. Ferrero no desaprovechó la ocasión y sacó su orgullo de campeón para apuntarse la manga decisiva y meter a España en semifinales.