Juan Carlos Ferrero sonrió ayer por primera vez en muchos días. No era para menos. El campeón de Roland Garros entró en la pista central a defender el título sin estar muy seguro de cómo iba a salir. Después de 2 horas y 45 minutos pudo gritar feliz ¡"Vamos!" tras ganar al alemán Tommy Haas por 3-6, 6-4, 6-4 y 6-2.

Ferrero entró sin saber si podría acabar el partido por culpa de las molestias en la zona costillar que le han tenido al borde del abandono. "En otro torneo no habría jugado, seguro. Pero era Roland Garros y defiendo el título", explicó. Ayer, ni se planteaba ganar. Con acabar se conformaba. "Al fin he podido tener una alegría, lo de menos era ganar o perder, lo que quería era jugar y disfrutar en la pista", admitió.

El partido lo inició cohibido. "Llevaba tiempo sin jugar un set, sin entrenar y he notado la falta de ritmo. Era una lotería", valoró. Y Haas lo aprovechó para ganarle la primera manga. Pero el alemán acabó siendo un amigo. En ningún momento probó una táctica para molestar al valenciano y lo pagó caro con la derrota porque, a medida que avanzó el partido, Ferrero se encontró más seguro --el español salió a la pista infiltrado para evitar el dolor-- y se apuntó un triunfo que unas horas antes ni se atrevía a soñar.

KUERTEN SUFRE La victoria fue una inyección de moral para el español que, de todas formas, no quería hacer cábalas sobre su futuro. "Lo bueno es que he ganado, que sigo vivo. Lo que pase en adelante no me lo planteo. Sólo ir paso a paso", dijo el vigente campeón de Roland Garros.

No lejos de la central, otro campeón de Roland Garros, el brasileño Gustavo Kuerten, también con problemas físicos, sufrió para seguir vivo ante el murciano Nicolás Almagro. El joven español de 18 años le tuvo contra las cuerdas en el quinto set cuando se adelantó 5-4 y servicio en su poder. Almagro acabó llorando por la derrota pero "orgulloso por lo que he hecho".

Un orgullo que también sintieron los franceses Arnaud Clement y Fabrice Santoro que batieron el récord mundial del partido más largo de la historia desde la era profesional (1968) al jugar durante 6 horas y 33 minutos y superar la marca que tenían el estadounidense John McEnroe y el sueco Mats Wilander en un partido de Copa Davis que se alargó durante 6 horas y 22 minutos con triunfo final del estadounidense. Ayer la victoria se la apuntó Santoro, que se impuso por 6-4, 6-3, 6-7 (5-7), 3-6 y 16-14, después de haber salvado dos match balls .

Menos orgullosa se sintió Martina Navratilova. La estadounidense, que volvía a jugar individuales en Roland Garros, a sus 47 años, no pudo aprovechar la invitación de los organizadores. La exnúmero uno mundial perdió ante la argentina Gisela Dulko (6-1, 6-3), una rival que, cuando ella debutó en el torneo en 1973, aún no había nacido.

CONCHITA, ADELANTE La aragonesa arrancó con firmeza su participación en Roland Garros, con victoria ante la estadounidense Teryn Ashley por 6-2 y 6-4 tras una hora y 17 minutos. Conchita es la tenista en activo que en más ocasiones ha acudido a las pistas de París y supo aprovechar la solidez mostrada por su servicio, que sólo cedió en una ocasión durante todo el partido. La aragonesa se medirá en su próximo compromiso a la argentina Gisela Dulko, que eliminó a Navratilova.