Algo tendrán que inventar, pero el dominio, ahora ya insultante, de la escudería Ferrari ha convertido el Mundial de F-1 en una demostración del poderío rojo en cada gran premio. Ayer, en Monza, en su casa, ante 100.000 tifosi , con lluvia, con sol, con neumáticos mixtos o lisos, con dos paradas o tres, poco importa, el brasileño Rubens Barrichello y el alemán Michael Schumacher consiguieron el octavo doblete de la temporada y convirtieron el Gran Premio de Italia, 15 carrera de la temporada, en la mayor exhibición jamás vista en el circo .

INCERTIDUMBRE INICIAL El día empezó con lluvia sobre Monza, el circuito más rápido del mundo, tanto que Rubinho ganó el segundo GP más veloz de la historia pues completó los 306,720 kms/h a una media de 244,374 kms/h cuando, el récord está, cómo no, en poder de Schumi , en Monza-2003, cuando venció a una media de 247,585 kms/h. Sin la lluvia inicial y el repostaje de más que protagonizó Barrichello hubiese roto todas las marcas.

La incertidumbre de la lluvia hizo que algunos, entre ellos Barrichello, montase gomas mixtas, cosa que pagó a manos de un portentoso Fernando Alonso (Renault), que tras fulminar a Juan Pablo Montoya (Williams-BMW) y Schumi en la salida, lideró la prueba de la vuelta cinco a la diez, pero, a falta de trece vueltas, cuando el asturiano era tercero por detrás del lider Rubinho y Jenson Button (BAR-Honda) cometió un error en uno de los difíciles estrechamientos de Monza, hizo un trompo y acabó en la arena. Los comisarios no quisieron empujarle y el español acabó ahí su excelente carrera.

Si Barrichello se equivocó de gomas al inicio pero corrigió el error con un cambio rápido y una conducción vertiginosa --con una parada más en sus talleres, acabó por delante de todos--, Schumacher cometió el error en la tercera curva del trazado, donde sufrió un trompo y perdió 26 segundos con respecto a la cabeza de carrera.

SUPERIORIDAD ESCANDALOSA La superioridad de la scuderia y sus pilotos es tal que Schumi al final levantó el pie del acelerador para no comprometer el doblete de Ferrari y poner en cuestión el primer triunfo de la temporada de su compañero, amigo y escudero. El heptacampeón acabó 10 segundos por delante del joven Button, tercero en el podio, lo que significa que, en sólo 43 vueltas, le restó 36 segundos, es decir, un segundo por giro.

La velocidad de los Ferrari, la organización de la escuderia --el estratega Ross Brawn volvió a acertar al ordenar a Barrichello que se detuviese tres veces en los boxes para adelantar en los talleres lo que era imposible recuperar en la pista-- y el portentoso talento de Barrichello y Schumacher --ayer quedó claro que, de no existir Schumi , el título hubiese ido a parar a manos de Rubinho -- hizo imposible la eficacia de los BAR-Honda, que ya han superado a los Renault en el Mundial de constructores (94 por 91 puntos), y el poderío del motor BMW del Williams de Juan Pablo Montoya, quinto.

VELOCIDAD ESCALOFRIANTE Ese propulsor, el BMW, fue quien estableció un nuevo récord de velocidad punta en el Mundial al llevar casi a los 370 kms/h (369,956 kms/h, concretamente) al Williams del novato Antonio Pizzonia al final de la inmensa recta de Monza. "Debo decirlo: es una sensación única", aseguro el joven brasileño.