Luiz Felipe Scolari teme más al ambiente de euforia que se respira en Portugal que a la propia Holanda. Una fiesta está preparada, la fiesta del fútbol, la fiesta de un país. Una euforia por verse ubicado en el penúltimo escalón antes de la final que el técnico anfitrión se apresura a rebajar para no repetir la experiencia que vivió ante Grecia (cayó 2-1 en el partido inaugural). El mismo Felipao tiene la sensación, viendo los informativos de la televisión, leyendo los periódicos o paseando por las calles engalanadas con los colores rojo y verde de la bandera del país, que su equipo ya ha ganado la Eurocopa y que el partido de semifinales de esta noche en el estadio José Alvalade de Lisboa es tan sólo un trámite. Y le inquieta esta actitud peligrosa. Le preocupa que sus futbolistas se contagien y que el sueño de jugar la final se rompa por un exceso de confianza. Scolari no olvida, además, que los cuatro últimos anfitriones (Holanda, Inglaterra, Suecia y Alemania) no soportaron la presión y cayeron en las semifinales.

Y Scolari, que es un tipo listo, no dejó pasar ayer la oportunidad de hacer un llamamiento al pueblo portugués. Ni siquiera esperó a que le preguntaran en la rueda de prensa. Tomó la palabra y soltó su discurso: "Todavía no hemos ganado nada. No podemos dejarnos llevar por la euforia. Hay que tener calma. Todo el país quiere ganar la Eurocopa, por eso les invito a ponerse la camiseta roja y verde y a que nos ayuden a derrotar a los oranjes. Luego ya vendrá la gran final".

CINCO AMENAZADOS Más cómoda es la situación de Dick Advocaat. El seleccionador holandés se ha quitado un peso de encima al insinuar que abandonará el cargo tras el torneo y ahora disfruta un poco más tranquilo de las semifinales: "¿El ambiente? Sólo me preocupa una cosa: ganar. No me obsesiona que Portugal sea el país organizador. Podemos repetir el título que ganamos en 1988". Frank de Boer será el único ausente en su equipo por lesión. Bouma le sustituirá. El estadio José Alvalade se llenará después de que ayer se agotaran las 52.000 localidades. Se espera la presencia de unos 15.000 holandeses. Deco, Ricardo, Carvalho, Makaay y Van der Meyde se perderán la final si ven una tarjeta amarilla. Todos ellos tendrán que tener mucho cuidado.

FIGO, DESAFIANTE ¿Y Figo? El extremo del Real Madrid estará hoy en el campo después de que Portugal le haya perdonado su desplante tras ser sustituido en el encuentro de cuartos ante Inglaterra. Sus compañeros en la selección anfitriona le necesitan tanto para ganar, después de quedar eliminados en las dos ocasiones anteriores en las que alcanzaron las semifinales (1984 y 2000), que han disculpado el desprecio que tuvo hacia ellos al seguir la tanda de penaltis contra Inglaterra desde el vestuario. Y Figo, que vuelve a sentirse querido, se mostró desafiante en sus declaraciones de la previa: "No me arrepiento de lo que hice ante Inglaterra. Salió así y ya está. Ni Dios consiguió convencer a todos. Me marché porque estaba enfadado con el resultado. Nada más. No necesito dar explicaciones ni que me defiendan porque no he cometido ningún crimen".