Hubo una intensa, breve y cerrada celebración en el salón Manzanares del hotel Castilla Plaza, el lugar donde la expedición zaragocista cenaba mientras de reojo, con la mirada en el televisor y el oído en la radio, seguía los acontecimientos de Riazor y el Ruiz de Lopera. A los postres, jugadores, técnicos, consejeros y presidente no pudieron evitar los cánticos, los abrazos y alguna que otra lágrima cuando se certificó la permanencia por la derrota del Celta y del Valladolid. Se abrieron las puertas del comedor y empezaron a desfilar los protagonistas. La mayoría sonrientes, todos relajados, con la cicatriz del susto todavía presente en varios rostros. Movilla se levantó y con el permiso del técnico y de la directiva se fue a dormir a casa y no volverá hasta el miércoles, fecha establecida para el regreso al trabajo. El pelado se fue feliz y Soláns se quedó contento porque ya no deberá pagar los 150.000 euros que le obligaba la cláusula con el Atlético.

Víctor Muñoz resopló por dentro. "Ya está, aunque haya sido de forma indirecta", dijo para empezar. El entrenador no esperaba que con los 42 puntos actuales se pudiera salvar el equipo, pero no harán falta más. "Ahora tenemos que ir a por los 48. Saldremos sin sufrimiento ni ansiedad ante el Atlético, y buscaremos el triunfo. Después, contra el Bar§a, jugaremos con plena libertad".

El técnico aragonés reconoció que había recelos por cómo se iban a emplear el Deportivo y el Betis. No quiso entrar en demasiadas valoraciones sobre su influencia en este logro. "Tengo la misma culpa que cualquiera", y reflexionó en alto sobre una teoría muy particular: "Es bueno que hayamos sufrido tanto. Así el equipo crecerá y todos podremos ver el Zaragoza que deseamos, el del buen fútbol". Víctor, pese a los sinsabores, consideró que la temporada ha sido "satisfactoria. Estamos salvados y hemos conseguido adornar el año con la Copa. Salvados y con ese caramelo. Esta muy bien, ¿no?".

No se da un respiro. Según confesó el presidente, Alfonso Soláns, Víctor le invitó a que se sentaran para planificar ya la próxima temporada. El preparador sabe que este club es de tranco corto en la gestión y más lento en la ejecución, y no quiere ni por asomo acercarse al abismo como ha ocurrido esta temporada. "La idea es reforzar el equipo, cubrir algunas lagunas que son evidentes. Debemos buscar un mayor equilibrio y mejorar la plantilla". Sus intenciones son un mensaje coherente por temprano que parezca. Hay que ponerse manos a la obra ya, dijo con claridad el técnico.

SOLANS El presidente no fue ajeno a las sospechas de arreglos o desmotivación. "A estas alturas tienes dudas de todo el mundo. Pero todos se han comportado con profesionalidad y se lo agradecemos", dijo un relajado y feliz Soláns. "Ahora que estamos sin ansiedad hay que ganar los dos partidos", añadió. "La afición se merece una despedida solemne". También hizo una lectura del porqué de tanto sufrimiento. "La victoria en la Copa y el triunfo en Vigo hizo que el ciclo se invirtiera, pero al final se ha hecho justicia". Asimismo destacó la labor de Víctor (sin olvidarse del buen trabajo de Flores en la Copa) y la valía de las incorporaciones de Movilla y Dani.

Soriano explicó que el equipo vivió una tarde "de nervios, si bien en realidad dependíamos de nosotros tras hacer bien nuestro trabajo. Aunque mejor que la salvación haya llegado lo antes posible. Hay que destacar la profesionalidad del Depor y del Betis", apuntó. Villa, al contrario, dijo que él al menos estuvo "tranquilo" y que "hay que ganar los partidos que restan".