El Zaragoza B se impuso al Compostela en un encuentro que no tuvo complicaciones para el filial, ya que enfrente tuvo un rival que desde el primer momento entregó el partido. De este modo, en los primeros minutos del choque el filial zaragocista comenzó a crear ocasiones claras de gol, que pronto se materializaron en el primer tanto local: en el minuto 11, una buena jugada trenzada entre Monforte y Juanjo sirvió para que Camacho, solo ante Carlos, inaugurase el marcador. El Compostela, por su parte, fue incapaz de acercarse con peligro hasta la meta de Rubén, y la única oportunidad clara de que dispuso llegó por un error de Canterla, aunque el meta del Zaragoza B no tuvo problemas para atajar el esférico.

BUEN JUEGO Los filiales desarrollaban un buen juego, y en el minuto 20 llegó el segundo tanto del Zaragoza B, cuando Virgili peinó un centro de Pina y batió al guardameta gallego. Esta situación hacía presagiar una importante goleada por parte del conjunto aragonés, para satisfacción de los escasos espectadores que acudieron a La Romareda. Sin embargo, el desarrollo de la segunda parte pronto demostraría que se trataba de un espejismo.

Efectivamente, tras el descanso el Zaragoza B fue incapaz de acercarse a la portería contraria, si no era a base de balones largos. No obstante, todavía hubo algunas ocasiones, como las protagonizadas por Pina y Miguel García, que no tuvieron consecuencias en el marcador.

La entrada de Bossa en el equipo compostelano dio más mordiente a los visitantes, y este jugador tuvo dos oportunidades de marcar, ambas de falta directa al borde del área: la primera salió muy cerca de la escuadra, y en la segunda obligó a Rubén a hacer una gran parada.

La expulsión de Miguel García hizo que el Zaragoza B perdiera ritmo al final del encuentro, a pesar de que Lafita pudo sentenciar poco antes de la conclusión. Al final, el filial se llevó la alegría del resultado, aunque el interés del juego resultó escaso. Los resultados de los otros encuentros de la jornada, además, no mejoran la situación del Zaragoza B, que tendrá que pelear por la tranquilidad en los últimos partidos.